Viernes, 12 de agosto de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › OTRA ARMA Y OTRA FECHA PARA LOS ASESINATOS DE LAS FRANCESAS
Aunque aparentemente resuelto el doble crimen de Salta, sostienen que se utilizó una segunda arma, también calibre 22. Un perito insistió en que tuvo lugar entre el 24 y el 27 de julio, y no el 15. También aseguró que no usaron machetes ni cuchillos.
Por Carlos Rodríguez
Desde Salta
Aunque parece encaminarse hacia el esclarecimiento, el doble crimen de las turistas francesas sigue siendo una caja de sorpresas. A 24 horas de que se confirmara que Houria Moumni (24 años) y Cassandre Bouvier (29) habían sido asesinadas con una carabina calibre 22, los investigadores judiciales aclararon que el arma en cuestión es sólo una de las utilizadas en el hecho. La bala del arma “tipo carabina marca Bataan modelo Super 54, industria argentina, calibre 22 LR, serie 17.783” fue la que mató a Cassandre y que quedó alojada en su cabeza. Los otros dos plomos hallados debajo del cuerpo de Houria partieron de otra arma que todavía no pudo ser encontrada. Sólo se sabe que es un revólver, una pistola o una carabina calibre 22. Otro punto en discusión que volvió a reflotarse es el de la fecha de la muerte de las dos estudiantes francesas. El jefe del Servicio Médico Forense de Salta, Benjamín Ruiz de los Llanos, además de confirmar que las dos fueron violadas, insistió en que la autopsia determinó que la muerte se produjo “a lo sumo cinco días antes del hallazgo de los cuerpos”, el 29 de julio pasado. Esto ratifica la controversia entre si el homicidio se cometió entre el 24 y el 27 de julio o si, como surge del avance en la pesquisa, se produjo el mismo día de la desaparición de Houria y Cassandre, el viernes 15 de julio.
En diálogo con Página/12, Ruiz de los Llanos estimó que, una vez pasados más de cinco días de la muerte, se produce “la licuefacción (o licuación) del cerebro”, que significa pasar del estado sólido al líquido. “Eso no había ocurrido en este caso”, aseguró, aunque abrió un compás de espera respecto de los estudios complementarios que se están haciendo sobre las larvas halladas en los cadáveres y que pueden dar una pauta más precisa sobre la data de la muerte. Esa tarea la están realizando especialistas del Cuerpo de Investigadores Fiscales (CIF) de la provincia y es vital para sustentar la hipótesis actual, que indica que el doble crimen fue cometido el viernes 15 de julio, entre las 19 y las 20, horas después de que las dos turistas ingresaran al circuito turístico de la quebrada de San Lorenzo.
Hasta ahora se había dicho con certeza que una de las víctimas (Cassandre) había sido violada, mientras que la otra joven tenía signos de haber tenido relaciones sexuales, aunque no aparecían signos claros de abuso. El forense dijo que “las dos fueron violadas, pero se advierte una mayor violencia en el caso de la más grande (por Cassandre)”. Eso está “determinado de acuerdo con las lesiones que nosotros pudimos comprobar en forma externa”.
A Cassandre la mataron de un disparo en el cráneo, cuando estaba de rodillas. La bala ingresó por la frente, dos centímetros antes del comienzo del cuero cabelludo, atravesó el cerebro y quedó alojada en la nuca. Ese es el proyectil disparado con la carabina que fue encontrada. Una de las personas detenidas, María Fernanda Cañizares, aseguró que la carabina fue un regalo que recibió su novio, Gustavo Lasi –muy comprometido en el doble homicidio–, de parte de uno de sus abuelos. Filomena, la mamá del joven Lasi, le dijo a la prensa que el arma es de su marido, Walter Lasi, padre de Gustavo y también detenido en la causa.
Los otros dos proyectiles encontrados en la escena del crimen son de calibre 22, pero no se corresponden con la carabina secuestrada. Los plomos estaban abollados porque golpearon contra la roca que está bajo el follaje de la zona donde aparecieron los cuerpos. “Se supone que las balas son las que mataron a Houria y que estaban debajo de su cuerpo. Los plomos fueron hallados días después de que los cuerpos habían sido levantados.” Houria recibió dos impactos de bala. Uno ingresó por la cintura y siguió un extraño recorrido, ya que atravesó el pulmón y el corazón para salir por el precordio, la parte superior del tórax. El otro tiro le pegó en un brazo.
Sobre la data de la muerte, el forense señaló: “No tenían más de cinco días de muertas. Esto es así porque no había un cerebro que estuviera licuefacto, no había una descomposición altamente significativa y tampoco fueron atacados por las alimañas, roedores, hormigas, cosa que normalmente ocurre con cuerpos que están tirados quince días en el monte”.
Reconoció, de todos modos, que no se pueden quedar con su sola apreciación, sino que “hay que analizar los otros parámetros, como ser la climatología, porque en la quebrada de San Lorenzo hace mucho más frío que en la ciudad de Salta y eso puede haber determinado que los cuerpos se conservaran mejor”. Dijo que no advirtieron golpes compatibles con el uso de machetes o cuchillos de gran tamaño. “No vimos heridas cortantes compatibles con cuchillos o machetes. Sí vimos lesiones producidas por golpes de puño, puntapiés, piedras o palos.”
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