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Después de 36 años, un tren argentino se transformará en binacional, cruzará el río Uruguay y unirá el suelo entrerriano con tierra uruguaya. Será a partir del 9 de septiembre, con una regularidad, por ahora, de un viaje semanal de ida y otro de vuelta. Pero mañana los presidentes Cristina Fernández de Kirchner y José Mujica harán el primer cruce simbólico de la frontera, desde Concordia, en nuestro litoral, hasta Salto, del otro lado del río. En diciembre, se prevé que la frecuencia de viajes sea diaria entre Pilar, en la provincia de Buenos Aires, hasta Paso de los Toros, en el departamento de Tacuarembó, en el centro del Uruguay. Para entonces, la empresa que explota el servicio prevé implementar una combinación para llegar por tren desde allí hasta Montevideo.

El anuncio del nuevo servicio lo había hecho el presidente uruguayo el 2 de agosto, durante una visita a Buenos Aires y después de una entrevista con la presidenta argentina. Se trata de un emprendimiento público-privado: el servicio será operado por la empresa TBA y la operadora ferroviaria Sofse, una sociedad del Estado, por la Argentina, y AFE, la empresa estatal uruguaya.

El secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, y el ministro uruguayo del área, Enrique Pintado, se reunieron esta semana para ultimar detalles de la puesta en marcha del servicio. En su primera etapa, el tren recorrerá 813 kilómetros, desde la localidad de Pilar, en Buenos Aires, hasta Paso de los Toros, una localidad ubicada a orillas del río Negro, justo en el centro geográfico del Uruguay. El convoy de pasajeros tendrá paradas intermedias en Basavilbaso, Villaguay y Concordia, en Entre Ríos, y en Salto y Paysandú, antes de llegar a destino, en Uruguay.

“Para una segunda etapa, el ferrocarril unirá la Ciudad de Buenos Aires, partiendo de la estación Federico Lacroze, con Montevideo”, adelantaron a Página/12 voceros de la Secretaría de Transporte. “Si bien no van a ser muchos los pasajeros que viajen desde una cabecera a la otra por tren, ya que en Buquebús es más corto y más rápido, el servicio va a beneficiar a la población de Entre Ríos, que se conecta con Uruguay sin necesidad de venir a Buenos Aires, y a los porteños que quieren viajar a la zona turística de Entre Ríos o del oeste de Uruguay”, agregó un vocero de la empresa TBA. Es que en ambos lados de la frontera existe una vasta zona de explotación del turismo termal que se vería beneficiado por la iniciativa. El corredor ferroviario entrerriano es explotado hoy únicamente por El Gran Capitán, el tren que une Buenos Aires con Posadas, y servicios de carga.

El proyecto comenzó a tomar forma en enero de 2011, cuando la empresa Cometrans SA –del grupo Cirigliano, al igual que TBA– compró en Holanda diez unidades ferroviarias diesel fabricadas en Alemania por Waggonfabrik Uerdingen en 1981 y 1982. Los coches son usados pero están en buen estado, aseguran. El grupo vio que había una potencial demanda en esa zona, complementaria del servicio automotor de pasajeros, el único de carácter público que conecta Argentina y Uruguay a través del puente Concordia-Salto, cruzando la represa Salto Grande. El emprendimiento representa el desembarco de TBA, operadora de las líneas Mitre y Sarmiento, en vías del ex Ferrocarril Urquiza, que opera Metrovías desde Federico Lacroze hasta la estación General Lemos en el noroeste del Gran Buenos Aires. TBA pertenece al grupo Cirigliano, que en los últimos años ha concentrado la propiedad de numerosas empresas de transporte automotor de pasajeros urbanos, suburbanos y de larga distancia.

El servicio ferroviario entre Argentina y Uruguay tiene una historia breve. Su origen estuvo en la construcción de la represa Salto Grande, un emprendimiento binacional planeado en 1946, que se transformó en proyecto de obra recién en 1962 y se comenzó a construir en los ’70. Fue entonces cuando la Administración de Ferrocarriles del Estado, de Uruguay, construyó el ramal llamado El Precursor, entre la ciudad de Salto y el obrador de la represa, para abastecer de cemento a la construcción. Ese ramal se inauguró en enero de 1976.

El tren binacional duró apenas tres años. El servicio de pasajeros se inauguró en 1982, cuando finalizó la construcción del puente internacional Concordia-Salto. Por primera vez en la historia se unieron los ramales ferroviarios de la Argentina y Uruguay. Pero la experiencia duró lo que un suspiro: se discontinuó en 1985, luego de una huelga ferroviaria en Uruguay, que terminó con una versión oriental del “ramal que para, ramal que cierra”: la reestructuración de servicios terminó con el tren que cruzaba el río Uruguay. Durante esos tres años, el servicio alternaba la circulación de coches argentinos y uruguayos. Y los servicios estaban diagramados de tal manera que conectaban con otros que iban a Buenos Aires y a Asunción, en Paraguay. Desde el cierre de ese servicio quedó de ambos lados una red ferrovial ociosa, casi nueva debido a su escasa utilización.

Ahora, por primera vez, ese recorrido de 813 kilómetros desde Pilar hasta Paso de los Toros se hará sin trasbordos. Los nuevos trenes tienen capacidad para 144 pasajeros, pero en 15 días, adelantaron fuentes de la empresa, se cambiarán los asientos para convertir los vagones en coches “semicama”, más confortables, con lo cual van a tener una capacidad para 120 pasajeros.

Los trenes llegaron al puerto de Buenos Aires el 13 junio. El 30 de julio se realizó el primer viaje de prueba desde Buenos Aires hasta Concordia y al día siguiente se empalmó hasta el puente ferrovial de la represa Salto Grande. Una semana después, el 6 y el 7 de agosto, se hicieron los viajes de prueba del lado uruguayo, hasta Montevideo.

El viaje de un extremo a otro de la línea costará 140 pesos. Para ir desde Pilar a Concordia, el boleto costará 90 pesos y para cruzar el puente hasta Salto, 10 pesos más. El boleto mínimo que une a dos naciones.