Domingo, 2 de octubre de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › EL 4 DE NOVIEMBRE SE CONOCE EL SEGUNDO FALLO DEL CASO GARCIA BELSUNCE
El Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de San Isidro puede producir respuestas categóricas que permitan encontrar a los verdaderos asesinos de María Marta. Y que levanten el insólito fallo de la Cámara contra Carrascosa.
Por Raúl Kollmann
Si las internas judiciales de San Isidro no irrumpen otra vez, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 podría empezar a reencausar el caso García Belsunce, poniendo la mira después de nueve años en encontrar a los verdaderos asesinos de María Marta. Se verá en el fallo que se va a dar a conocer el 4 de noviembre. El juicio oral García Belsunce II volvió a producir, sobre la base de testimonios, videos, grabaciones y alegatos, una serie de respuestas categóricas al caso. Pocos recuerdan que Carlos Carrascosa fue absuelto por el homicidio en el anterior juicio, pero –en forma asombrosa, en una movida que casi no registra antecedentes– la Sala 1 de la Cámara de Casación, que obviamente no estuvo presente en las audiencias, lo condenó a reclusión perpetua. Esa Sala ahora fue apartada del caso. En este nuevo juicio, el tema era prácticamente el mismo: el asesinato y si los familiares taparon o no taparon al autor. Pero las audiencias dejaron respuestas a varias preguntas.
En este juicio, a diferencia del anterior, estuvieron los dos médicos que hicieron la autopsia. Ambos era profesionales de confianza del fiscal, no de la familia. Los doctores Héctor Moreira y Carlos Flores fueron categóricos: cuando revisaron el cuerpo, ya en la morgue, habiéndole quitado el pelo a MM, siguieron pensando que había muerto por golpearse con canillas. Hasta tomaron las medidas de las canillas del baño de la casa de Carrascosa. Esto se pudo percibir nítidamente en la filmación de la autopsia. Recién cuando se cortó el cráneo, se licuaron los líquidos del cerebro, cayeron los proyectiles en una especie de colador. La conclusión fue evidente: si dos profesionales forenses, con el cuerpo ya sin pelo, no percibieron los balazos, mucho menos podían darse cuenta los familiares cuando se encontraron a MM con medio cuerpo en la bañadera y medio en el piso del baño.
2 La gotita. Cuatro profesionales, dos médicos forenses y dos peritos químicos que hicieron el estudio en su momento, fueron categóricos y negaron que existiera pegamento en la cabeza de MM. La versión fue instalada en su momento por el procurador Eduardo De la Cruz y el fiscal Molina Pico, pero lo desmintieron Moreira y Flores. Los dos técnicos de la Universidad de la Plata, Jorge Sambeth y Luis Gambado, explicaron que se encontró ciano, pero que eso de ninguna manera implica La Gotita, porque el ciano está presente en numerosos productos, entre ellos el shampoo. En el juicio quedó expuesto que el diagnóstico del pegamento fue una maniobra en la que participaron el fallecido procurador Matías De la Cruz y Molina Pico.
Declararon los responsables de Jardín de Paz, Lázaro Costa y Ponce de León. Todos fueron coincidentes en que ni Guillermo Bártoli ni ningún otro familiar manifestó intención o pidió presupuesto para una cremación. Es otra versión que se echó a rodar y que, se demostró, fue falsa.
En este juicio volvió a declarar el entonces jefe de Investigaciones de la Bonaerense en San Isidro, Aníbal Degastaldi. Ratificó que estuvo con Molina Pico durante el velatorio de MM y dijo que tratándose de un accidente, lo que correspondía era hacer la autopsia. Pero que él no estaba a cargo, sino Molina Pico. “Yo hubiese suspendido el velatorio o tal vez esperaba a que termine y ordenaba la autopsia, como lo ordena el Código. Pero yo no estaba a cargo”, declaró Degastaldi.
En este juicio declaró la doméstica de la casa de Guillermo Bártoli e Irene Hurtig, cuñado y hermana de MM. Bártoli es el principal acusado de encubrimiento. La fiscalía siempre intentó sostener que Bártoli, Hurtig y Carrascosa estuvieron en la casa de MM a las 19.07 y que en ese momento la mataron. Ya el juez Ricardo Costa, de San Isidro, fue categórico: la doméstica atestiguó que escuchó el momento en que Hurtig atendió el teléfono, le avisaron de lo que entonces se pensó era un accidente de MM y ambos, Bártoli e Irene, salieron corriendo hacia la vivienda de Carrascosa y MM. Es más, Vargas escuchó que Hurtig decía que había que llamar a una ambulancia. Si Bártoli y Hurtig estaban en su casa cuando les avisaron, obviamente no estaban en el lugar de la muerte. También el forense Moreira sostuvo que el horario del crimen fue aproximadamente a las 18.30, algo que también demostraría que ni Bártoli ni Hurtig ni Carrascosa estaban en el escenario del asesinato.
Los abogados defensores, Alejandro Novak y Eugenio Blanco, hicieron un minucioso análisis de las llamadas telefónicas y de los movimientos en el country, uniendo el video de la puerta de El Carmel, con los informes de llamadas con minutos y segundos, y lo que los vigiladores pusieron en las planillas de entradas y salidas consultando sus propios relojes. El informe fue demoledor y demostró que no sólo la fiscalía tomó horarios equivocados, sino que Molina Pico omitió llamadas en el VAIC, el sistema de análisis de las comunicaciones, para favorecer su acusación.
La base de la fiscalía siempre fue la llamada de Carrascosa a OSDE pidiendo una ambulancia. El horario exacto fue 19.07. En el fondo se escucha una voz de mujer, que la fiscalía adjudica a Hurtig y que probaría –siempre según Molina Pico y en este juicio la fiscal Laura Zyseskind– que a esa hora estaban Hurtig, Bártoli y Carrascosa matando a MM.
Curiosamente, Molina Pico dejó afuera de la investigación los teléfonos del doctor Eduardo Zancolli, a quien Hurtig fue a buscar corriendo. Vive a 200 metros de la casa de Carrascosa. La hija de Zancolli, Carolina, declaró en el juicio y contó que Hurtig llegó agitada pidiéndole ayuda, pero que su padre no estaba. Carolina llamó al doctor Zancolli tres veces, hasta que logró, comunicarse. Esa llamada es exactamente de las 19.12, lo que torna imposible que la voz de Hurtig sea la que se escucha en la llamada a OSDE: había corrido las dos cuadras, habían llamado dos veces antes y le había traído un vaso de agua. Pero, además, Novak y Blanco demostraron con las imágenes, el cronómetro de las llamadas en el VAIC y las planillas, que la masajista Beatriz Michelini, después de estar en la guardia del country unos minutos, entró a El Carmel a las 19.01 y seguro llegó a la vivienda de Carrascosa y MM a las 19.04, por lo que la voz que se escucha en la llamada de OSDE es la de la masajista.
En su exposición, Novak citó al jurista Eduardo Jauchen, quien escribió que cuando se ignora la autoría de un homicidio debe buscarse entre quienes tienen capacidad delictiva y un móvil. El defensor insistió en que no hay un solo testigo en toda la causa que señale que Carrascosa y MM se llevaran mal o que existiera un conflicto en la familia. Novak insistió en que la investigación debe mirar nuevamente hacia el vecino Nicolás Pachelo, condenado a cuatro años de prisión por robos en casas, incluyendo uno en la vivienda de la familia Augé, en la que Pachelo confesó que envió “a un muchacho de Pilar” que ingresó armado a ese domicilio. A esto se agrega que el vecino sostuvo que no estaba en El Carmel a la hora del homicidio y las cámaras lo muestran saliendo después del crimen. Además, tres jóvenes lo vieron trotando cerca de la casa de MM instantes antes del asesinato. Por otra parte, los defensores también reseñaron las confesiones de los vigiladores de El Carmel que, probadamente, también robaban en las viviendas. Sobre esa base, Novak insistió en que la verdadera historia es que alguien entró a robar en casa de MM, ésta llegó sorpresivamente después de suspender un partido de tenis, encontró a los ladrones adentro y la mataron. Quienes presenciaron el juicio sostienen que todas las evidencias quedaron expuestas y que el caso podría ser finalmente reencausado. Habrá que esperar al 4 de noviembre. La lógica es que el fallo sea largo y fundamentado.
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