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Una banda que traficaba cocaína líquida de máxima pureza impregnada en prendas de ropa a Nueva Zelanda, Australia y Europa fue desbaratada ayer en un procedimiento realizado por la Gendarmería Nacional. La Operación Canguro, como se llamó al conjunto de allanamientos en domicilios de la ciudad de Buenos Aires, concluyó con el secuestro de 24 kilos de la droga y la detención de los integrantes de la supuesta red de delincuentes. Los acusados son tres hombres y una mujer, todos de nacionalidad colombiana, y un hombre de ciudadanía peruana, según los voceros.

El modus operandi consistía en diluir en líquidos la droga para después camuflarla en telas, que eran acondicionadas en equipajes de los viajeros para burlar los controles en los aeropuertos, aseguró el jefe de la Unidad Especial de Procedimientos Judiciales de Buenos Aires de Gendarmería, Horacio Giménez. En una conferencia realizada en el Ministerio de Seguridad, precisó que era una banda “multifuncional, ya que se dedicaba a distintas actividades, no sólo al tráfico de drogas, sino también al envío de dinero y al reclutamiento de mulas” para llevar los estupefacientes”. La investigación comenzó en marzo último, cuando se tomó conocimiento de que desde Buenos Aires se traficaban drogas de forma regular a Europa y Oceanía. En esa oportunidad se secuestró una encomienda con destino a España en la que se ocultaba cocaína en cartones en forma de planchuelas forradas en plástico, relató la fuerza de seguridad. En julio se produjo el segundo registro de la banda, que en total, según Giménez, estaba integrada en su conjunto por colombianos, peruanos, neocelandeses y argentinos. Gendarmería detuvo a una persona que intentaba viajar desde Ezeiza a España con 13 kilogramos de cocaína impregnados en ropas.

Dos meses después, el reclutado fue un adulto de nacionalidad colombiana. El hombre había sido reclutado por la red de narcotraficantes para viajar a Nueva Zelanda con cocaína en el estómago. Sin embargo, fue descubierto porque una de las cápsulas que trasladaba en la cavidad abdominal estalló al llegar a destino, lo que lo mató.

Como síntesis del modo en que actuaba la banda, Gendarmería denominó el procedimiento realizado Operación Canguro. Los siete allanamientos fueron en los barrios porteños de Retiro, Belgrano, Palermo, Balvanera y Parque Avellaneda, donde también se secuestraron tres kilos de clorhidrato de cocaína en estado sólido y 7,5 en estado líquido.

Para Giménez, en uno de los procedimientos se descubrió un “cuasi laboratorio, donde la cocaína de máxima pureza era disuelta en las distintas sustancias líquidas”. Según el relato policial, en ese domicilio se secuestraron elementos químicos, balanzas, sopletes de mano y envases de productos cosméticos con estupefaciente diluido.

“Las directivas de la ministra Garré en estos casos no tienen sólo que ver con el volumen de los estupefacientes incautados, sino con tareas logísticas para desbaratar bandas de crimen organizado”, señaló por su parte a través de un comunicado Miguel Robles, subsecretario de Delitos Complejos y Lucha contra la Criminalidad Organizada del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Los 24 kilogramos de cocaína secuestrados desde que comenzó la investigación a principios de año, como los cinco detenidos el último martes, quedaron a disposición del Juzgado Federal 12 porteño, a cargo de Sergio Torres.