Gremios docentes encabezados por la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) protestaron ayer por la decisión del gobierno porteño de cerrar o “fusionar” 221 cursos y aseguraron que esa acción dejará a cientos de docentes en la calle. Los sindicatos se movilizaron hacia la sede del Ministerio de Educación porteño para reclamar la derogación de una disposición que resolvió la unificación de cursos con pocos alumnos. El ministro Esteban Bullrich, por su parte, replicó que la medida “tiene que ver con el crecimiento de la matrícula”, explicó que “se fusionaron grados que tienen menos de quince alumnos” y precisó que en las aulas que se liberan “estamos abriendo salas maternales porque hay muchas alumnas madres que dejan la escuela porque no tienen dónde dejar a sus hijos”.

“Rechazamos la disposición 15 de la Dirección General de Educación que dispuso el cierre de 221 grados”, expresó el secretario general adjunto de la UTE, Guillermo Parodi, al considerar que “la consecuencia de los cursos que se fusionan es el amontonamiento de los alumnos en las aulas”.

El dirigente adelantó que “planteamos realizar el próximo lunes en todos los distritos abrazos simbólicos a escuelas y banderazos para difundir a la comunidad la problemática que atraviesan los colegios estatales”.

Carlos Oroz, representante de Ademys, aseguró que el ministro Esteban Bullrich los recibió la semana pasada por separado para explicarles los alcances de la medida. En ese encuentro “le pedimos la reapertura de la mesa de negociaciones de condiciones laborales, porque esta decisión dejaría a unos 700 docentes en la calle o con su jornada laboral reducida”.

El secretario general adjunto de la Unión de Docentes de la Argentina (UDA), Gustavo Frutos, subrayó que “no se entiende qué puede solucionar el gobierno a nivel económico o pedagógico” con la medida.

“Hay gran cantidad de escuelas privadas subsidiadas por el Estado, que en una proporción enorme subvencionan el salario de sus docentes, y ello facilita el negocio educativo y genera una competencia desleal respecto de la escuela estatal”, añadió Oroz. El dirigente de Ademys postuló que “la respuesta no es cerrar cursos, sino nombrar más personal para ir a buscar a los 48 mil chicos que están fuera del sistema educativo” y puso de relieve que “en la disposición están definidas más etapas de cierre”, por lo cual “los gremios debemos ponernos firmes y unirnos con todos nuestros recursos”.

Bullrich, en cambio, aclaró que “ningún docente va a perder horas, lo que sí, tal vez, tengan que pasar de la zona norte a la zona sur (de la Ciudad)”. Destacó que “por segundo año consecutivo estamos teniendo un crecimiento significativo de matrícula y necesitamos más docentes en la zona sur”.