SOCIEDAD › EL FISCAL DECIDE SOBRE LA PRISION DE CARRASCOSA

El imputado quiere ser libre

 Por Horacio Cecchi

Los abogados de Carlos Carrascosa, el único detenido en el caso García Belsunce, presentaron ayer un escrito solicitando su libertad. El pedido fue incorporado al expediente tres días antes de que venciera el plazo con que cuenta el fiscal Diego Molina Pico para solicitar al juez Diego Barroetaveña que disponga la prisión preventiva del viudo célebre, o su libertad. Según fuentes de la investigación, todo indica que el fiscal se decidirá por el pedido de preventiva, salvo un giro brusco de último momento. Esto parece evidenciarse en que el grueso de las pruebas reunidas, los testigos citados y los movimientos realizados giran en torno de Carrascosa, lo que puede indicar que el fiscal mantiene como primera hipótesis del crimen algún tipo de intervención del viudo. De todos modos, la decisión no será nada fácil: la guerra de los testigos, el informe del ADN aún no concluido y la falta de evidencias que culpabilicen directamente a Carrascosa podrían determinar al fiscal a pedir su libertad. Esta posibilidad es remota. Pero existe como tal.
Aunque parezca mentira, el eje del debate sobre el caso García Belsunce, cuando quedan sólo dos días para que finalice el plazo del fiscal, no gira en torno a la prisión o libertad sino en torno al peso que los investigadores le otorgan a las sospechas sobre el viudo célebre y a otras posibles hipótesis. De esa balanza no sólo depende el futuro de Carrascosa, sino también el de Nicolás Pachelo, fogoneado como sospechoso desde la familia García Belsunce (este diario informó ayer sobre la presentación de un detallado escrito sobre los agujeros negros en la coartada del polémico vecino). Un investigador ligado directamente al caso confió a este diario la ubicación del fiel de la balanza interna: “Tenemos un 80 por ciento sobre Carrascosa y un 20 sobre Pachelo”.
Pero no se trata sólo de un tándem de sospechosos. Habrá que recordar que en su resolución, al ordenar la detención de Carrascosa, el juez Barroetaveña indicó al fiscal la necesidad de profundizar la investigación en líneas no excluyentes. En pocas palabras: que atienda todas las sospechas y no sólo las que giran en torno al viudo. Y, además, que con las pruebas que contaba para detener a Carrascosa no serían suficientes para ordenar su prisión preventiva.
En ese aspecto, el fiscal deberá analizar si desde la detención del viudo se originaron pruebas suficientes para ordenar la preventiva. La única novedad de importancia en ese sentido fue la declaración de Santiago Biassi, el segundo médico que acudió a la casa del Carmel, quien agregó detalles que parecen incriminar a Carrascosa, a algunos familiares y amigos. No parece demasiado más de lo que había. Precisamente el fiscal es otro de los subidos a la balanza que él mismo controla. Si ordena la preventiva y eleva a juicio oral, y durante el debate las pruebas no alcanzaran para condenar al viudo, el caso se quedará sin culpable, María Marta sin paz, la opinión pública sin justicia y el fiscal con un lastre pesado de digerir. Por eso, el dilema es si concede la libertad, pero sigue investigando a Carrascosa como principal sospechoso, quedando con las manos libres para avanzar sobre otras líneas de investigación. En ese caso, por el momento tampoco podría pedir la detención de Pachelo, ya que fueron incorporados muchos detalles sobre sus pasos aquél domingo de fútbol y crimen, pero no los suficientes para culpabilizarlo por el homicidio.

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