Sábado, 15 de septiembre de 2012 | Hoy
SOCIEDAD › CESE DE ACTIVIDADES EN EL MITRE Y EL SARMIENTO POR LA AGRESION A UN GUARDA
A la mañana, un guarda de la línea Mitre fue herido con un arma blanca por dos pasajeros que no tenían boleto. Los trabajadores del ramal decretaron un paro y luego se sumó el Sarmiento. Hoy y mañana no habrá medidas, pero el lunes podrían seguir.
Cerca de las seis de la mañana de ayer, a bordo del mismo tren en el que controlaba los boletos, un guarda de la línea Mitre fue golpeado y herido con un arma blanca. El episodio ocurrió en la estación Bartolomé Mitre, de Vicente López, y desató una medida de fuerza de empleados de los tres ramales en reclamo de “más seguridad”. Con el correr de las horas, a esa medida se sumaron en solidaridad los empleados del tren Sarmiento, quienes, contaron a Página/12 sus representantes sindicales, también sufrieron agresiones físicas en los últimos días. Por ello, hasta el último minuto de ayer se hallaban suspendidos los servicios de esos trenes. Durante hoy y mañana, aseguraron delegados ferroviarios, los trenes circularán normalmente, pero el lunes la situación podría volver a complicarse. “Va a depender de lo que nos diga el Ministerio de Transporte. Hasta ahora, sólo tenemos la conciliación obligatoria que dictó el Ministerio de Trabajo, que no se aplica a este caso”, señaló el delegado de la línea Mitre Sergio Baena. Ayer mismo, el guarda había sido dado de alta y se encontraba fuera de peligro. Los cortes, superficiales, no habían interesado órganos.
Alrededor de las seis de la mañana de ayer, el servicio de la línea Mitre llegaba a Bartolomé Mitre, en Vicente López, la última estación de uno de los tres ramales de ese ferrocarril. El guarda Oscar Quinteros, coincidieron fuentes policiales y sindicales, al recorrer un vagón, se acercó a dos pasajeros para pedirles sus boletos. Ninguno de los hombres los tenía y de inmediato comenzaron a discutir; de los gritos pasaron a los golpes, hasta que, finalmente, uno de ellos sacó de entre sus ropas un elemento cortante y atacó a Quinteros. El guarda recibió un corte leve en el pecho, a la altura de una de las tetillas, también algunos tajos superficiales en el brazo con el que intentaba defenderse. Luego los agresores bajaron del tren y huyeron.
Quinteros permaneció a bordo hasta que la formación regresó a Retiro. Una vez allí, se presentó en la Aseguradora de Riesgos de Trabajo y luego fue derivado a una clínica, donde la realizaron curaciones y le dieron el alta enseguida. Sergio Baena, delegado de la línea Mitre, contó que Quinteros “tiene más de 50 años, es un viejo ferroviario y trabaja en esa línea desde el ’95, cuando comenzó, pero antes estaba en el Belgrano”.
Conocida la noticia de la agresión, primero el ramal en el que revista Quinteros y luego los otros dos, Tigre y José León Suárez, resolvieron paralizar el servicio “por tiempo indefinido”. La empresa lo informó mediante un comunicado.
Poco después, la línea Sarmiento, que nace en Once y recorre el oeste del conurbano, comenzó a operar con demoras, en realidad debidas a una protesta de trabajadores que reclamaban el pase a planta permanente (ver aparte). Luego, los coches dejaron de circular. “Línea Sarmiento informa que adhiere a la medida de fuerza que suspende el servicio iniciada por la Línea Mitre, debido a la agresión sufrida por un guarda en la estación Bartolomé Mitre”, precisó la Unidad de Gestión Operativa Mitre-Sarmiento en otro comunicado. Fue una medida “solidaria”, cuya extensión dependía de la decisión de los empleados de la línea Mitre, explicó el delegado del Sarmiento, Rubén “Pollo” Sobrero.
Por la tarde, explicó Baena, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria. “Pero en caso de agresión no tiene encuadre esa medida. El ministerio pedía que se levantara la medida sin ofrecer solución. Pero nosotros dijimos que primero la solución y después vemos”, señaló el sindicalista. Lo concreto, agregó, era “mejorar la seguridad, que completen la dotación de policías en las estaciones como corresponde y que sumen adicionales, para que esté cubierto todo el día el recorrido. Hay estaciones en las que después de las cinco de la tarde no queda nadie. En horarios nocturnos y de madrugada no queda nadie”.
Hasta hace año y medio, recordó Baena, los guardas disponían “de unos celulares o unos Nextel que te comunicaban con la policía. Entonces, ante cualquier eventualidad que pasara dentro de la formación, podían avisar y eran asistidos al llegar a la estación siguiente, que alguien los esperaba”. Pero “eso se cortó por una cuestión de costos”.
Aunque la medida en la línea Sarmiento fue por solidaridad con la decisión de los empleados de los ramales del Mitre, Sobrero refirió que las agresiones a guardas no son exclusivas del tren de zona norte. “Ha habido varios casos en el último tiempo. Y el lunes pasado, a un guarda lo corrieron con una cuchilla en Liniers”, contó. “La gente está harta de viajar mal. Esto no justifica que te corran con un cuchillo, pero muestra que se arma un caldo de cultivo muy malo.”
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