El pollero confesó que asesinó a su novia, y su hijo de 19 años admitió haber acompañado al padre a enterrar el cadáver. Alejandro Reynoso, detenido por el crimen de Solange Aguirre –de 22 años, con quien tenía un hijo de 2–, confesó que, en una de sus dos pollerías de la localidad de Benavídez, le atravesó la cabeza con una chaira para afilar cuchillos. Sergio Reynoso, también detenido, reconoció haber acompañado a su padre a la provincia de Entre Ríos: allí, éste, para impedir la identificación del cadáver, le cortó las yemas de los dedos, le tajeó los tatuajes y la enterró.