“Buscar lo posible”

“Es un avance impresionante y espero que repercuta en Argentina y la región. Acá falta, en la Comisión Penal en la Cámara de Diputados todavía tiene que abrirse el debate. Este año todavía no hicimos audiencia pública sobre eso.”

–¿La despenalización en Uruguay puede influir en el tratamiento en Argentina?

–Quiero que así sea. De todos modos, hay diferencias. Uruguay tiene una tasa de mortalidad materna tres veces más baja que la nuestra. Pero Argentina, que es un país mucho más rico, tiene la posibilidad de tener un protocolo en hospitales como el que tenían en Uruguay antes de la ley y, sin embargo, no lo tenemos.

–¿Qué evaluación hace del proyecto que finalmente se convirtió en ley?

–Antes de que el texto saliera de Diputados, estuve en una reunión con Mónica Xavier, la política uruguaya autora del proyecto original, que vino a Argentina. En esa reunión, ella señaló que la concesión que tuvieron que hacer de modificar el proyecto para obtener el voto que faltaba era la única manera de sancionar la ley. Xavier decía que es un gran avance a pesar de todo. Después de conseguir ese voto, pudieron avanzar en las dos cámaras. Después de escucharla, me convencí de que estuvo bien esa negociación. No es el ideal, pero las políticas que lo apoyaban decían que con eso aprobado ya tienen un piso para después, en todo caso, volver a debatir, o sacar esas concesiones. El derecho al aborto está reconocido en convenciones internacionales y en Uruguay el movimiento de mujeres cuestionó esto, pero cuando sos legisladora tenés otro rol. Una legisladora tiene que buscar lo posible.

“Es un paso importante”

“Me parece bien el proyecto que se aprobó, aunque el nuestro, el de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto que está en Diputados, es mejor porque no es tan restrictivo en los pasos médicos que plantea. Pero el paso de Uruguay es importante porque reconoce el derecho de las mujeres a interrumpir voluntariamente el embarazo en las primeras doce semanas. Me encantaría que nuestros diputados y diputadas que han firmado nuestro proyecto se contagien del espíritu de Uruguay, pidan el tratamiento y empiecen a tratar el tema en comisiones. En Argentina el problema que tenemos es la falta de vocación política para apoyar la despenalización, fundamentalmente por parte del bloque oficialista, que no ha puesto intención en su tratamiento.”

–¿Entonces cree posible que la despenalización en Uruguay tenga efectos en Argentina?

–Y... si se llegan a contagiar todos nuestros legisladores, sí. Además, la semana pasada políticas y políticos de todos los partidos pudieron ver cómo el aborto es un tema que moviliza a toda la sociedad, y que la mayoría silenciosa está de acuerdo. El problema es que hay tres o cuatro que gritan y presentan amparos.

“Eleva el debate”

“Que un país vecino de la región despenalice el aborto sirve para elevar los niveles de debate en la Argentina. La aprobación demuestra que se van sumando reflexiones y voluntades acerca de que tiene que haber libertad para abortar hasta las 12 semanas de gestación. Pero no veo cercana la posibilidad de que eso suceda acá.”

–¿Por qué?

–Viendo los temas que están incluidos en el proyecto del nuevo Código Civil y Comercial, que refiere el inicio de la vida y aunque a la vez hable de voluntad procreacional. Creo que la militancia ferviente de un sector social conservador de la Argentina todavía no permite avanzar en esto. Son sectores que hablan del comienzo de la vida, que piden la protección del embrión porque ven en el embrión un niño. Y, sin embargo, una mujer que desea abortar, que toma su decisión libremente, es una mujer que no tiene vocación procreacional y ve afectada su salud psicofísica. Pero en el Congreso argentino no hay votos para avanzar en este tema. Por eso no avanzamos. El Congreso nacional refleja la falta de conciencia en la sociedad argentina al respecto. Pero lo sucedido en Uruguay permite sumar voces en el camino hacia lo que debe ser. Que el aborto no sea delito no quiere decir que haya orden de abortar, sino que es un tema de salud y no tiene por qué estar en el Código Penal.

“Nos marca el camino”

“Es una satisfacción para la región y la subregión del Cono Sur tener un país que despenalice el aborto hasta las 12 semanas, y además que esté el compromiso del presidente José Mujica en el sentido de que él va a promulgar la ley, a diferencia de lo que pasó con el presidente anterior. Es un aliento y un ejemplo para el debate que sigue pendiente en nuestros países.”

–¿Por qué podría influir?

–Va a tono con un cambio de época en la región. Se trata de países que vienen transitando debates sobre medios, autonomía económica, construcción de políticas de inclusión. En ese marco de debates, se incluyen la salud sexual y reproductiva y el derecho al aborto. Por eso creo que Uruguay nos está marcando un camino. Estamos en un contexto de discusión de cuáles son los estándares de derechos y cuáles los pisos, que empiezan a levantarse. Si bien la ley aprobada sumó ciertas condiciones al proyecto original, también es cierto que en Uruguay hay un sector de salud que ya viene garantizando consejerías pre y post aborto, a partir del enfoque de reducción de riesgo y daño. Eso redujo la mortalidad materna. Están varios pasos más adelante que nosotros. También hay que tener en cuenta que Uruguay es de tradición más laica: hay separación entre Iglesia y Estado, que no subvenciona ni el culto, y no hay educación privada confesional con tanto peso como en Argentina. No olvidemos que acá ésos son los sectores que usan parte de la fuerza que le da el propio Estado con sus recursos para impedir avances en derechos.