Jueves, 18 de octubre de 2012 | Hoy
SOCIEDAD › ORGANISMOS DE DD.HH. PRESENTARON UN AMICUS CURIAE A LA CORTE
La pareja viajó a Holanda en 2005. Tuvieron un hijo que el hombre no reconoció. La mujer volvió a Argentina con el niño. El padre pidió la restitución y un tribunal se la concedió.
Hace cuatro años, V. G., víctima de violencia de género, llegó a Argentina para escapar de su ex pareja, en Holanda. Ambos, de nacionalidad argentina, habían emigrado en 2005. Junto con ella, trajo a su hijo de un año, quien según médicos forenses holandeses habría sido víctima de abuso sexual por parte del padre. El hombre no había reconocido, por entonces, la paternidad del niño. Pero luego lo hizo y reclamó a la Justicia argentina su restitución.
La Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires le concedió la petición, en lo que para el abogado de la mujer, Gonzalo Permuy, fue una “errónea interpretación” de la Convención de La Haya sobre Restitución de Menores. La madre apeló a la Corte Suprema de la Nación y, en apoyo de su reclamo, organizaciones sociales y de derechos humanos presentaron un amicus curiae ante el máximo tribunal para que anule, en el plazo más breve posible, el fallo de la Justicia bonaerense. “El padre nunca se interesó por el hijo, lo reconoció recién a los cinco años, cuando ya estábamos instalados en Argentina”, sostuvo V.G. ante Página/12. Hasta que la Corte resuelva ese recurso extraordinario, la restitución se encuentra en suspenso.
Según explicó Permuy, el recurso presentado es para advertir ante la Corte que hay “un grave incumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño y de la Convención de la Haya”. Los errores, continuó, radican en dos puntos. Uno, considera que la madre del niño salió de forma “ilícita” de Holanda. En segundo lugar, la Corte bonaerense “no tuvo en cuenta el entorno del niño”.
La mujer presentó los argumentos para esos postulados. Respecto del primer punto, la Corte bonaerense se basa en un fallo de diciembre de 2010 del Tribunal de Amsterdam que considera que “ambos progenitores gozan de la custodia compartida”. Sin embargo, esa sentencia es posterior a la salida de V. G. de Holanda, por lo que los letrados que la asisten sostienen que se trata de una especie de “efecto retroactivo” que “no se puede aplicar”. Es que, en un fallo anterior, de junio de 2008, la Sala Sexta Unipersonal del Tribunal de Amsterdam había descartado la aplicación del régimen de coparentalidad por considerar que “no existe suficiente base para el establecimiento” de esa custodia.
En segundo término, las pruebas de que existe “grave riesgo demostrado” ante una posible restitución se basan en las pericias realizadas por especialistas del Centro Médico de Cabecera Houtrak de Amsterdam que informaron que el niño, al momento de la revisación, “no quiere hacer caca los fines de semana cuando está con su papá, lo retiene hasta que vuelve a casa. Después de la visita, no quiere sentarse, (tiene) el trasero doloroso, el ano hinchado, no permitió a la madre poner ropa limpia (sic)”, transcriben en el documento que acredita las pericias realizadas.
En orden cronológico, V. G. registró en 2005 la consolidación legal de su pareja con S. E. en Amsterdam, Holanda. Al cabo de dos años solicitó la disolución del vínculo: “El me echó de la casa cuando estaba embarazada de seis meses y tuve que vivir en un albergue para mujeres que sufren maltrato”, contó. Debido a que no quería que su hijo perdiera el contacto con su padre, permitió visitas custodiadas. “Sin embargo, desde que el niño comenzó a quedarse el fin de semana en casa de su padre, la Sra. advirtió cambios en sus patrones de conducta (trastornos de sueño y problemas en la deposición, conducta agresiva con otros niños, etc.)”, relata la presentación judicial que fue anunciada y presentada ayer al mediodía en conferencia de prensa, con el apoyo de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y la APDH.
La mujer llegó a Argentina en 2008 y el padre de su hijo comenzó a requerir la restitución en 2009. El pedido fue denegado por el Tribunal de Familia en primera intancia de La Plata, y también en Holanda, porque el hombre no había reconocido al niño como su hijo. Luego, la Suprema Corte bonaerense revocó el fallo. Ahora, la decisión pesa sobre la Corte Suprema.
Informe: Carla Perelló.
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