Viernes, 2 de noviembre de 2012 | Hoy
SOCIEDAD › RECLAMO POR LOS RECORTES
Para el historiador y periodista Osvaldo Bayer, “se ha condenado al hambre” a los pibes de las villas de la provincia de Buenos Aires. Por eso, ayer al mediodía la plaza del Congreso se tiñó de colores mientras niños y adolescentes bailaron al son de la batucada. Las organizaciones barriales marcharon desde ahí hasta la Casa de la Provincia bajo la consigna “Los pibes no pueden esperar”, en reclamo del cumplimiento efectivo de la ley 13.298 de promoción y protección de niños, y por el pago de las becas con las que sostienen comedores comunitarios, jardines y escuelas populares, entre otras actividades, que realizan en los barrios. “Es una marcha contra el egoísmo de los que dirigen”, sentenció Bayer.
“En el Himno Nacional cantamos ‘ved en trono a la noble igualdad. Libertad. Libertad. Libertad’. Pues, si no hay igualdad, no hay libertad”, apuntó Bayer ante más de tres mil personas que prestaron atención a las tres páginas de discurso que leyó concluida la marcha.
Bayer dirigió sus palabras al gobernador Daniel Scioli, a funcionarios, legisladores, a la clase media, “que se tapan los oídos, niegan y miran para otro lado”. “Señores legisladores, ¿cómo garantizan la democracia?”, interpeló. Con Nora Cortiñas, de la Asociación Madres LF, fueron los únicos adultos que hablaron. “Denunciamos la política discriminatoria y destructora que se está llevando adelante en el territorio bonaerense contra las niñas, los niños, adolescentes y jóvenes más pobres de nuestro pueblo”, leyó Cortiñas. Luego, los niños fueron la voz cantante. “El incumplimiento del Sistema de Promoción y Protección de Derechos hace que nosotros terminemos sin posibilidades reales de construir proyectos”, leyó una de las chicas, con pechera de la organización Che Pibe colgando.
Desde las 13 se habían reunido frente al Congreso. Desde la entrada por Avenida de Mayo el lugar parecía pintado de colores. Entre los chicos que entraban en calor sus brazos para darles con fuerza a bombos y redoblantes, Bayer, sentado en un banco de plaza, esperaba que empezara la marcha. “Qué cosa hermosa, qué bien preparada la protesta”, dijo. “Es un deber civil apoyar a las organizaciones que dan de comer a nuestros niños necesitados”, señaló y se fue a caminar al lado de los pibes.
La marcha la encabezaban chicos que portaban una bandera con la consigna “Los pibes no pueden esperar”. Un poco más adelante pateaban el asfalto caliente zarandeando sus cuerpos los pibes de la Murga La Alegría de Itatí. “Queremos nuestro centro”, “Sueldo digno para los educadores”, “La educación es un derecho de todas las clases sociales”, se leía en las pancartas alzadas a lo largo de la columna que lentamente dio la vuelta a la plaza, hasta Callao.
“Desde la municipalidad nunca nos preguntaron qué necesitamos. Nosotros queremos trabajar con ellos si se respeta la política que nosotros tenemos: los pibes”, lanzó Marita, educadora de sala de 4. “Por otra relación con el Estado”, brega la pechera que lleva puesta Magui Panno, dirigente del Foro por los Derechos de la Infancia bonarense.
“¿Podés creer que ayer (la Secretaría de Niñez bonaerense) pagó el cuarto bimestre? La vez pasada hicieron lo mismo, aunque ahora todavía queda el sexto”, se angustió Estela Rojas, del centro Chicos del Sur, de Villa Fiorito. Sin embargo, estaba contenta por la cantidad de asistentes: “Está hermoso, esperemos que sirva para que nos escuchen y que haya más políticas públicas para resguardar a los chicos pobres”, se esperanzó.
Informe: Carla Perelló.
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