SOCIEDAD › UNA FIESTA ABORIGEN EN EL CALENDARIO ESCOLAR PORTEÑO
El Padre Sol va a la escuela
A partir del año próximo, los chicos que se sumen a la celebración de los pueblos originarios tendrán justificada su inasistencia a clase. El reclamo lo inició el director de una escuela del Bajo Flores
Con el primer rayo de sol de mañana, las diferentes comunidades indígenas del Hemisferio Sur celebrarán el inicio de un nuevo ciclo agrícola y, con él, el comienzo de nuevo año. Es la fiesta del Inti Raymi, una ceremonia que empieza con el encendido de fogatas a la hora del solsticio, cerca de las 22, y acompaña la vigilia en la noche más larga del año a la espera de que el Padre Sol retorne con nuevas energías a fecundar a la Madre Tierra. Todos los 21 de junio, las fogatas recorren el continente desde la línea del Ecuador hacia abajo, incluida la Ciudad de Buenos Aires, donde desde hace diez años la Plaza de las Américas se convierte en lugar de reunión para los diferentes grupos aborígenes que viven lejos de su tierra. Paradójicamente, será en territorio porteño donde la fiesta más importante de los pueblos originarios se reconozca en el calendario escolar, por primera vez en toda la Argentina, a partir de la iniciativa del director de una escuela primaria del Bajo Flores: los alumnos que se sumen a la celebración tendrán ese día la inasistencia justificada.
El proyecto de Enrique Samar empezó a tomar forma desde su llegada a la dirección de la Escuela 23, de Flores Sur, y a lo largo de los últimos seis años de trabajo con sus 300 alumnos sobre la revalorización y el respeto de la cultura de los pueblos originarios. El 21 de abril, previa intervención del defensor adjunto del Pueblo de la Ciudad, Gustavo Lesbegueris, la iniciativa se convirtió en resolución de la Secretaría de Educación porteña: por primera vez en todo el país, el 21 de junio estará incorporado al calendario escolar a partir de 2004, como un día de fiesta para las comunidades indígenas.
Aunque no se establecerá como feriado, un reclamo que forma parte de la vieja lucha de estos pueblos, la resolución habilita a justificar la inasistencia de todos los chicos que participen en la celebración de esa fecha. “El Inti Raymi es la mayor fiesta espiritual que une a las diferentes comunidades indígenas de América del Sur”, dijo Samar. “Así como en las festividades judías e islámicas no se computan las faltas a los alumnos de esos cultos, es justo que los descendientes de los pueblos originarios tengan ese derecho”, afirmó Lesbegueris.
Al contrario de lo que podría pensarse a priori, en la Escuela 23 son muy pocos los alumnos de origen indígena. “Hay algunos chicos, pero en general es muy difícil que se identifiquen como indígenas. Esto es en parte consecuencia de que no haya un reconocimiento a su cultura”, explicó el director. Un reconocimiento que no tienen en ningún punto del país, incluso en lugares donde la comunidad entera comparte una lengua, un calendario, costumbres y festividades propias. “Esto sucede en toda América del Sur, a excepción de Bolivia, donde sí se reconoce el 21 de junio como feriado”, aseguró Samar.
Tampoco ocurre en el resto de la Argentina. Por eso, la misma iniciativa aprobada en la Ciudad será presentada y defendida como un proyecto de ley nacional por un grupo de alumnos de sexto y séptimo grado de la Escuela 23. “Las leyes tendrían que ser más adecuadas a lo que cada pueblo necesita, a su religión y a sus costumbres. ¿Por qué van a imponerles que aprendan lo mismo que aprendemos nosotros?”, reflexionó Eliana Carbone, de 11 años.
Aunque esta vez será un sábado y los chicos no irán a clases de todos modos, la incorporación del 21 de junio en el calendario escolar “aunque sea el porteño, ya cambió algo y eso es mucho”, explicó Samar. En tanto, esta noche, y como desde hace 10 años, la Plaza de las Américas, ubicada en Figueroa Alcorta y Tagle, repetirá su ceremonia de Inti Raymi, a partir de las 22, cuando se enciendan las fogatas a la hora del solsticio, el momento en el que el sol se ubica en el punto más lejano con respecto a la Tierra para desde ahí, volver a acercarse.
Producción: Paula Bistagnino.