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Decenas de personas permanecieron suspendidas en el aire durante unas cuatro horas con temperaturas bajo cero en la aerosilla de La Hoya, en Chubut, que se detuvo a raíz de “un dispositivo de seguridad” que se activa ante “determinadas condiciones climáticas”.

El incidente ocurrió anteayer a las 16 en la aerosilla cuádruple Las Lengas, del Centro de Actividades de Montaña La Hoya, ubicado a 13 kilómetros de Esquel, y afectó a entre 80 y 100 personas. Testigos del hecho manifestaron que se vivieron escenas de pánico durante el rescate y expresaron que algunas personas tuvieron cuadros de hipotermia, mientras las autoridades del centro de esquí afirmaron que quienes se encontraban en la aerosilla estaban “en perfectas condiciones”.

El jefe de prensa del complejo, Federico Urquizú, dijo que “todos los turistas se encuentran en perfectas condiciones y fue una evacuación normal” y explicó que “por un desperfecto técnico por la gran cantidad de nieve que cayó en las últimas horas, dejó de funcionar la telesilla cuádruple”. “Pusimos en operaciones a equipos de rescate con los que contamos para evacuar uno a uno a los turistas, que no sufrieron ningún tipo de consecuencia”, manifestó.

En el operativo de rescate, que duró unas cuatro horas, participaron 60 personas del Centro de Actividades de Montaña La Hoya, bomberos, policía, Gendarmería, Ejército, Municipalidad de Esquel y los clubes Andino y Slalom. La mayoría de los turistas varados fueron rescatados por el sistema rapel, por deslizamiento de sogas, mientras que otros pudieron descender por la puesta en marcha de la aerosilla con un motor auxiliar.

“La puesta en marcha del motor de emergencia permitió acelerar la evacuación y el descenso de algunas de las 80 personas que estaban en la telesilla al momento de detenerse, y que no habían sido aún evacuadas”, sostuvo la directora de la Corporación de Fomento de Chubut (Corfo), Ana Amato, de quien depende el Centro de Actividades de Montaña La Hoya.

El gerente del centro, Gonzalo Guereña, consideró en un comunicado que “en ningún momento hubo un desperfecto en el mecanismo” y agregó que “por el contrario, la aerosilla se detiene al activarse un dispositivo de seguridad que hace que, ante determinadas condiciones climáticas, la aerosilla se detenga”. “Tuvimos mucha lluvia en la jornada previa, luego la temperatura subió provocando evaporación de la humedad, luego se formó un plafón bajo, que generó una densa niebla sobre los medios de elevación y más tarde un descenso abrupto de la temperatura”, manifestó Guereña, y dijo que “el conjunto de esos factores hizo que los sensores detectaran una anomalía y determinaran la detención del sistema”.

Uno de los turistas varados, Diego Bauer, enfatizó en declaraciones televisivas que “había gente muy voluntariosa y otra que ofrecía mantas y frazadas, pero que no podían llegar por altura en la que estábamos”.

La detención de la aerosilla complicó el descenso de esquiadores de la montaña, con lo cual algunos de los más expertos se arriesgaron a bajar deslizándose, pero otros debieron desistir a raíz del hielo acumulado que dificultó la bajada.

El hecho se produjo a seis días del incidente ocurrido en el cerro Catedral de Bariloche, donde ocho personas resultaron heridas por el descarrilamiento de una aerosilla cuádruple por efecto del viento.