SOCIEDAD › LAS SOSPECHAS POR EL ESTUDIANTE DESAPARECIDO
Patovicas color verde oliva
Un mes atrás, Sergio Avalos desapareció en Neuquén. Fue visto por última vez en un boliche. Ahora, una hipótesis apunta a los custodios de la bailanta, que son miembros del Ejército.
Mañana se cumple un mes de la desaparición que conmueve a toda Neuquén. En la madrugada del sábado 14 de junio, Sergio Avalos, de 18 años, fue a bailar al boliche Las Palmas. Y no se supo nada más de él. Se sucedieron marchas, protestas y reclamos hasta al gobernador. Ahora, en medio del misterio que rodea el caso, los allegados al estudiante universitario giran sus sospechas hacia lo que pudo haber sucedido dentro de la disco, donde los peritos de Gendarmería buscan restos de sangre de una posible golpiza a manos de los patovicas del local. La seguridad allí es ejercida por militares, que tras su jornada en los cuarteles hacen algunos pesos adicionales vigilando el comportamiento de los chicos. Hoy habrá una nueva marcha, esta vez, en el pueblo natal de Sergio, Picún Leufú.
Después de un mes sin ninguna novedad sobre el paradero de Sergio Avalos, peritos de Gendarmería llegaron a Neuquén para hacerse cargo de una investigación que parecía no avanzar hacia ningún lado. Su primer destino: la bailanta Las Palmas, donde Avalos fue visto por última vez, y que recién en los últimos días fue clausurada por una orden judicial. En ella, los investigadores se concentraron en recoger muestras de manchas de sangre que podrían tener que ver con el caso. “Se encontraron indicios –sobre todo manchas– que podrían tener relación con lo que se busca”, explicó una fuente de la investigación.
Este indicio vino a reforzar la hipótesis que vienen manejando algunos de los allegados al joven desaparecido, quienes sospechan que pudo haber existido una golpiza por parte de los patovicas del local que terminó en tragedia. En esa disco, extrañamente, la seguridad está en manos de efectivos del Ejército que hacen un dinero extra como patovicas del local. “En ese lugar hay como 40 personas de seguridad, de los cuales dos están con el uniforme y el resto de civil, sin identificación”, relató Martín Herrera, encargado de la residencia universitaria en Neuquén y uno de los propulsores de las marchas que se están realizando por el esclarecimiento del hecho.
Justamente, en la última de ellas, realizada el martes pasado, más de 300 personas se acercaron hasta la Gobernación a entregarle un petitorio para exigirle a Jorge Sobisch celeridad en la investigación. Para hoy ya se anuncia otra movilización, esta vez en Picún Leufú, el pueblo natal de los Avalos, ubicado a 170 kilómetros de la capital provincial.
Desde allí había llegado Sergio a Neuquén a comienzos del cuatrimestre para cursar la carrera de contador público. Tras alquilar un departamento durante unos meses, se instaló en la residencia universitaria, donde conoció a varios compañeros con los que el viernes 13 de junio decidió ir a bailar a la bailanta Las Palmas, una de las más imponentes de la ciudad con capacidad para 10 mil personas.
La última vez que se lo vio fue cerca de las 7 de la mañana, cuando uno de sus amigos lo vio bailando con una chica en una de las pistas. Después nadie supo nada más de él. Sus compañeros, convencidos de que se había ido por su cuenta, volvieron a la residencia y viajaron a visitar a sus familias, ya que ese fin de semana era el Día del Padre.
Recién el martes siguiente –el lunes fue feriado– cuando regresaron a la residencia, sus compañeros notaron la ausencia e hicieron la denuncia policial. “El martes nos enteramos de que Sergio había quedado en ir a pasar las fiestas a su casa en Picún Leufú y no había llegado. Sabemos que tenía plata para viajar, por eso estamos seguros de que no le pasó nada haciendo dedo en la ruta”, explicó Herrera.