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Un paro en todas las líneas de subte de la ciudad sorprendió ayer a miles de usuarios, que desbordaron los colectivos y casi no dejaron taxis vacíos en medio del caos de tránsito que se produjo en el microcentro, a media tarde, cuando la mayoría intentaba volver a sus casas. La medida comenzó a las 14, primero en las líneas B y D, y se extendió luego a toda la red, en oposición al acuerdo salarial que la empresa Metrovías y la Unión Tranviarios Automotor (UTA) firmaron el jueves último “entre gallos y medianoche”, según denunció el delegado gremial de la Línea D, Antonio Morales. Después de casi siete horas, cerca de las 21 y tras la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo, los empleados decidieron levantar los cortes de vía que habían mantenido durante toda la tarde pero no retomaron las actividades. Según anunció Morales mientras aguardaba el resultado de una reunión de otros delegados en la cartera de Trabajo con representantes de UTA y Metrovías, “la idea es que mañana (por hoy) el servicio vuelva a la normalidad”.
El paro fue sorpresivo y comenzó a las 14. En un principio, líneas E y C siguieron funcionando con servicios de emergencia, pero cerca de las 17 el cese era total, al punto que en la mayoría de las estaciones se cerraron las puertas de reja de los accesos. El microcentro porteño se convirtió entonces en un caos: paradas de colectivo colmadas, ómnibus y minibuses desbordados y escasez de taxis. “No pudimos poner servicios extras. Lo único que llegamos a hacer fue sacar los coches con menor frecuencia desde Retiro. Igual, no damos a abasto”, comentó, desbordado, un inspector de la línea 56, en medio de las quejas de los pasajeros.
Los mayores trastornos se produjeron en la hora pico, cuando la gente sale del trabajo. “La verdad es que hace mucho que no tenía problemas con el subte. Pero no voy a putear, uno ya está acostumbrado a que todo sea más complicado acá. Me tomaré un bondi”, dijo resignado Daniel Grole, un joven de 22 años, tras descubrir la reja cerrada de la estación Florida de la Línea B, cuando ya había bajado la mitad de la escalera. Atrás de él, varias personas más también empezaban a bajar sin darse cuenta y daban la vuelta insultando bajito.
Es que muy pocos sabían de la medida de fuerza que se había extendido, con total acatamiento, a todas las líneas. En la D y en la A, los trabajadores hicieron piquetes en las vías para garantizar el paro, hasta que se sumó el resto de los empleados.
El conflicto, que Metrovías definió como “una interna del sector sindical”, surgió a partir de un acta firmada el jueves último por representantes de la UTA y Metrovías, por el que se decidió incorporar al sueldo básico sólo 125 pesos de los 200 que dispuso el decreto del gobierno nacional, el último viernes.
Según los trabajadores que ayer protagonizaron la medida de fuerza, “en ese mismo arreglo resolvieron la creación de tres nuevas categorías fantasma para reubicar a los 450 empleados de boletería cuando pongan máquinas automáticas para reemplazarlos. Así, después los van a poder echar mucho más fácil porque van a sobrar”. Además, los trabajadores reclaman una recomposición de los salarios, congelados desde 1994.
Estos temas serán discutidos esta tarde, en la primera reunión establecida por la conciliación obligatoria dictada anoche por el Ministerio de Trabajo, por la que hoy los subtes funcionarán con normalidad.