Ayer por la mañana, pocas horas después del accidente ferroviario en Once, en el barrio de Balvanera se produjo un incendio en uno de los pisos de un hotel donde vivían más de ochenta personas que quedaron en la calle, a la intemperie, porque el edificio fue clausurado por los bomberos. Mientras todos los esfuerzos estaban puestos en la terminal de Once, los vecinos de Balvanera se quejaron porque hasta anoche no habían recibido ningún tipo de ayuda efectiva de las autoridades porteñas, a pesar de la recorrida que hicieron por el lugar un grupo de empleados de Acción Social.

“El incendio comenzó cerca de las 10 de la mañana y el Ministerio de Desarrollo Social porteño llegó recién a las cuatro de la tarde. La gente no sabe qué hacer y necesita asistencia”, declaró a la prensa Ximena Merlo, una vecina que forma parte de la agrupación barrial Corriente Martín Fierro. La mujer se acercó al edificio afectado y se convirtió en vocera de las personas que quedaron sin vivienda.

De acuerdo con el relevamiento que hizo la agrupación barrial, en la construcción de cuatro pisos y dos cuerpos viven 86 personas, de las cuales cinco tuvieron que ser internadas porque sufrieron problemas respiratorios por el humo que generó el incendio. Aclararon que si bien se quemó uno solo de los pisos de la vivienda múltiple, “todo el edificio tuvo que ser clausurado, de manera que todos quedan en la calle”.

Consultados por la prensa, los trabajadores de Desarrollo Social de la Ciudad que se habían acercado al lugar para tomar nota de la situación y ver de qué manera prestar ayuda, reconocieron que hasta ayer por la tarde no habían realizado un censo para saber cuántas son las personas afectadas. Los empleados explicaron que quienes no pudieran reingresar al inmueble serían relocalizados en los paradores que tiene disponibles el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Mariano Filograsso, psicólogo de la Secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, comentó que los vecinos estaban esperando que un arquitecto se presentara para decidir si el hotel debe permanecer cerrado. Los vecinos, en su gran mayoría, tuvieron que pasar la noche a la intemperie.