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Ayer, los vicerrectores del Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA) empezaron a comunicar los pedidos de amonestación a cada uno de los alumnos a los que el rector Gustavo Zorzoli pidió sancionar por la toma de diez días del establecimiento. Las reuniones, mantenidas por el vicerrector de cada turno con cada chico por separado, explicó el rector a este diario, “son para que el chico haga el descargo de la circunstancia en la que transgredió las pautas establecidas en el reglamento del Colegio”. Días pasados, “la mitad de los descargos presentados fueron hechos con abogados, pero acá se trata de una sanción de índole pedagógica, no judicial. Por eso lo que queremos es escuchar a los chicos”, agregó Zorzoli.

Cada uno de los 25 alumnos (15 en el turno mañana, alrededor de 5 en el turno tarde y otros tantos en el vespertino) para quienes el rector pidió sanciones recibirá un mismo “paquete de amonestaciones”. En ningún caso fue pedida la expulsión, aseguró Zorzoli. “Expulsión no hay. Los alumnos tienen la condición de regulares. La acumulación de 24 amonestaciones o más te pasa a la condición de libre. Es decir, que ese chico con más de 24 amonestaciones, que pierde la promoción, está obligado a rendir todas las materias en diciembre. La consecuencia es que tiene que estudiar más, simplemente.”

Zorzoli explicó que el descargo que sobreviene al pedido de sanción debe realizarlo el alumno de manera personal con el vicerrector de su turno, sin presencia de otras autoridades ni de los padres del chico. “La sanción es de índole pedagógica, que uno aplica dentro del colegio. Por eso estamos recurriendo a la reunión entre el vice y el alumno al que se pidió la sanción. El ámbito no es el de la Justicia ordinaria, sino que tiene que ver con otro tipo de procedimiento pedagógico.”

El rector también aclaró que “no se va a diferenciar entre la profanación a la iglesia San Ignacio de Loyola”, contigua al CNBA, y la toma, que se extendió durante diez días desde el 4 de agosto, pero sí advirtió que los estudiantes involucrados en el ataque al templo “podrían perder la condición de alumnos regulares de nuestro colegio” si la cantidad de sanciones acumuladas en cada caso así lo determina. Luego de la reunión entre el alumno y el vicerrector de su turno, “el Consejo de Convivencia pasará a tratar en cada turno” el caso, a fin de determinar la resolución.

“Todas las cosas que pretendieron hacer en asambleas estos últimos días (los alumnos) no tienen consenso interno”, señaló Zorzoli. Por otra parte, el rector destacó que los encuentros de cada alumno con el vicerrector del turno permiten que el chico explique con sus propias palabras lo sucedido, “el descargo escrito muchas veces no respeta la situación y lo que piensa el chico. Por eso lo estamos haciendo”.