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Una feroz pelea entre presos primero y un motín con intento de toma de rehenes después derivaron en la muerte de dos internos de la cárcel santafesina de máxima seguridad de Coronda, ubicada a unos 45 kilómetros de la capital provincial. Los hechos, que dejaron a otros dos presos y tres guardiacárceles heridos, se iniciaron en la madrugada de ayer y finalizaron pasadas las 14.30, cuando los reclusos, tras negociar con la Pastoral Carcelaria y la Coordinadora de Trabajo Carcelario, aceptaron volver a sus celdas a cambio de no recibir represalias ni sanciones.
“Todo comenzó cerca de las 7.30 con una reyerta entre internos del pabellón 10 de la que resultó herido de arma blanca un recluso. Este fue llevado a la enfermería, y, cuando era trasladado nuevamente a su celda, sus compañeros intentaron tomar como rehenes a los guardias. Pero la toma pudo ser evitada y allí se produjo el primer amotinamiento y los intentos de ganar el pasillo”, explicó el director del Servicio Penitenciario provincial, Arturo Gandolla.
Los presos muertos fueron identificados como Iván Julio Mosqueda, de 30 años, y Claudio Alberto Antonio, de 25, quienes estaban alojados en el penal en carácter de procesados, ya que aún no habían recibido sentencia. Voceros del Servicio Penitenciario informaron además que resultaron heridos otros dos reclusos, uno de ellos identificado como Eduardo Marcelo Cuenca, que se encuentra fuera de peligro, al igual que el otro preso, y tres guardiacárceles, dos de los cuales recibieron heridas con armas blancas fabricadas por los presos.
Los disturbios, iniciados en el pabellón 10, prosiguieron en los pabellones 8 y 12 –ocupados por los presos considerados de “máxima peligrosidad” y “mayor conflictividad”–, y posteriormente se plegaron a la revuelta los reclusos alojados en los pabellones 4 y 6 del mismo sector y en los 5, 7, 9 y 11 del ala impar del penal. En total, las autoridades calcularon en cerca de 700 la cantidad de presos que participó del motín. La población de la cárcel trepa a los 1266 internos.
Ya para antes del mediodía, la situación estaba normalizada en el sector de los pabellones impares, y recién pasadas las 14.30, casi siete horas después de iniciado el conflicto, los presos de los pabellones pares depusieron su actitud. Para ello fue necesaria la intervención de integrantes de la Pastoral Carcelaria y de la Coordinadora de Trabajo Carcelario, además de las autoridades del penal. Por su parte, Gandolla se manifestó consternado por la muerte de los internos e informó que se registraron “gravísimos daños materiales” en seis pabellones nuevos, que habían demandado una inversión de 500 mil pesos.