Casi dos tercios de la sangre que se transfunde en la Argentina está por debajo de los estándares de seguridad que se buscan internacionalmente: es que esa proporción proviene de donantes ocasionales, para una persona determinada, y no de donantes voluntarios habituales, cuya sangre tiene menos riesgo de infección. De todos modos, un representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señaló que “en la Argentina hubo una mejora tremenda desde 2004: la cantidad de donantes voluntarios se multiplicó por diez”: hace diez años sólo el tres por ciento de los donantes eran voluntarios y en 2013 llegaron al 35 por ciento. La meta del Plan Nacional de Sangre es llegar al ciento por ciento de donaciones voluntarias habituales, como sucede ya en unos 60 países del mundo. Para avanzar hacia ese objetivo, Página/12 registró, de fuentes oficiales y de la sociedad civil, algunos de los caminos practicables: una inclusión firme del tema en la currícula educativa; la acción conjunta con empresas y organizaciones para promover “colectas de sangre”; y la utilización intensiva de las redes sociales. Hoy se celebran los cien años de la primera transfusión de sangre en el mundo, efectuada en la Argentina por Luis Agote.

“Antes de la creación del Plan Nacional de Sangre, en 2002, se registraban 330.000 donaciones en el sector público, de los cuales sólo el tres por ciento era voluntario. Al finalizar 2013 llegamos a más de 670.000 con un 35 por ciento de voluntarios”, anunció Andrés Leibovich, subsecretario de Políticas, Regulación y Fiscalización del Ministerio de Salud de la Nación. Mabel Maschio, coordinadora del Plan Nacional de Sangre, apuntó a que “las campañas entre la población para promover la incorporación de donantes voluntarios habituales nos permitirán en los próximos años alcanzar la meta del ciento por ciento”.

Pier Paolo Balladelli, representante de OPS en la Argentina, destacó el “mejoramiento tremendo, en los últimos diez años, en la cantidad de donantes voluntarios” y resaltó que “el 15 por ciento de las donaciones en el sector público se realizaron fuera de los hospitales, lo cual es importante para promover las donaciones habituales altruistas. Es fruto del Plan Nacional de Sangre Segura que el Ministerio de Salud desarrolla y que, en el marco del federalismo, procura que implementen las provincias; ya hay bancos de sangre en 20 de las 24 provincias argentinas”.

Desde la Asociación Argentina de Hemoterapia e Inmunohematología (AAHI), Oscar Torres, su presidente, advirtió que “en la Argentina sigue siendo mayoría el donante de reposición, que va porque un familiar, amigo o conocido necesita una transfusión. La idea es alcanzar el perfil que tiene el Primer Mundo, basado en donantes voluntarios y solidarios que donan porque lo consideran un bien hacia la sociedad y no hacia una persona determinada. Venimos cambiando esto desde varios lugares, tanto el Estado como entidades de la sociedad civil. Ya estamos viendo un aumento en la cantidad de donaciones voluntarias, pero falta todavía que la gente que dona en forma solidaria vuelva a donar: se trata de que lo hagan al menos dos veces al año”.

La OPS advirtió que “los agentes patógenos son mucho más comunes en la sangre de los donantes de reposición, porque tienen menos probabilidad de admitir que han tenido un comportamiento de riesgo”. Torres precisó que “entre los donantes de reposición hay más portadores de VIH, de hepatitis B o C, brucelosis, sífilis o de la enfermedad de Chagas-Mazza. Los testeos de la sangre no son suficiente precaución, porque en todas las infecciones hay un ‘período de ventana’, en el que la persona ya está infectada pero ningún análisis de laboratorio lo pone todavía en evidencia: para el VIH, este período va de 11 a 18 días; para la hepatitis puede ser de 28 días”. El titular de la AAHI señaló que “además, todavía hay gente que da sangre por dinero: casos de pacientes que no cuentan con donantes y llegan a pagar a personas que se presenten como tales y que, a sabiendas o por ignorancia, pueden esconder situaciones de riesgo”.

¿Qué hacer para incrementar las donaciones voluntarias habituales? “Es muy importante incluir el tema en la currícula educativa –contestó Torres–. En 2011 se firmó un convenio entre los ministerios de Salud y de Educación de la Nación, pero todavía no adquirió el impulso necesario. Hay que empezar desde la escuela primaria, y se necesitan quizá diez años para que la acción educativa dé sus frutos.”

Mabel Maschio aclaró que, en el marco de la actual organización federal, la Nación no puede intervenir directamente en las currículas escolares provinciales pero afirmó que “todas las provincias han venido trabajando para que sus ministerios repliquen el convenio nacional, y estamos aprobando los materiales para la formación de los docentes”.

Por otra parte, en el orden de facilitar las donaciones por fuera del ámbito hospitalario –como propicia la OPS–, el Ministerio de Salud apuesta al Registro Nacional de Organismos y Empresas Amigas de la Donación Voluntaria y Habitual de Sangre, que funciona desde 2008. “En el primer semestre de 2014 se incorporaron 89 empresas nuevas, que en total incluyen unos 8500 trabajadores en todo el país –anunció Maschio–: todas ellas reciben, primero, la visita de técnicos que informan sobre las condiciones para donar y aclaran dudas, y muchas de estas empresas permiten hacer colectas de sangre en el lugar de trabajo. Esta tarea con las empresas es un recurso estratégico para los programas y bancos de sangre. Instituciones como el Garrahan cuentan con muchísimas empresas adheridas, lo cual les permite hacer más de una colecta de sangre por día afuera del hospital.”

Para averiguar más sobre la donación de sangre o saber cuál es el banco de sangre más próximo puede llamar desde cualquier lugar del país a la línea gratuita 0800-222-1002, opción 3.