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En la ciudad de Buenos Aires, los hospitales públicos de Quemados, Santa Lucía y Lagleyze atendieron 71 personas heridas por pirotecnia y corchazos, 55 menos que los lesionados tras la Navidad del año pasado. De los heridos este año, 28 fueron menores. La reducción del número de víctimas de la manipulación de fuegos artificiales y corchos significa un balance “positivo”, evaluó la jefa de guardia del hospital del Quemado, Miriam Miño. En el mismo sentido, el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, celebró la “toma de conciencia sobre el autocuidado” a la hora de usar pirotecnia, pero observó que “sigue siendo alta la proporción de menores de edad que resultan heridos o quemados”, algo que indica “que debemos seguir redoblando esfuerzos en insistirles a los ciudadanos que la mejor pirotecnia es la que no se usa”.

El número de heridos durante las celebraciones navideñas trepó a casi la mitad de los registrados en 2010, en una curva tendiente al descenso: en 2010, los lesionados fueron 144; en 2011, 177; en 2012, 138; en 2013, 126. El ministro Manzur confirmó que en los últimos años “se han reducido sensiblemente la cantidad de víctimas”. Sin embargo, agregó, “sigue siendo alta la proporción de menores de edad que resultan heridos o quemados”, por lo que reclamó en “insistirles a los ciudadanos que la mejor pirotecnia es la que no se usa”. Los fuegos artificiales “deberían ser usados solamente por profesionales y no de forma casera” y “los menores de edad no deben manipular pirotecnia en ningún caso”, dijo el ministro, quien recordó que “siempre son los adultos los responsables por las heridas o daños que nuestras criaturas puedan sufrir”.

Por su parte, la jefa de guardia Miño señaló que “el mensaje que le estamos dando a la sociedad sobre el uso de pirotecnia les está llegando, ya que cada vez menos niños están afectados por algo que sólo deberían manipular los profesionales”. En el hospital de Quemados, agregó la especialista, “no hubo heridos graves” y “aunque el balance es positivo” porque se registraron sólo 23 personas heridas, 4 de ellas menores, “no debería haber ningún herido por pirotecnia”. Miño refirió que hubo tres casos de niños heridos con un artefacto considerado inofensivo, como es la “estrellita”. Una de esas víctimas fue una niña a quien, por usar estrellitas, “se le quemó el vestido y tuvo el 10 por ciento de su cuerpo quemado. Si no fuese por la madre, que la salvó a tiempo, el caso hubiese sido más grave. A otra menor se le quemó el pelo”, informó. De los casos atendidos en el centro médico, informó, “todas las quemaduras eran pequeñas y se van a seguir atendiendo por consultorio externo, y no hay internados”. Para la misma fecha pero del año pasado, en el Instituto de Quemados habían sido atendidas 40 emergencias por quemaduras. “Desde 2011 viene bajando la cantidad de pacientes, y esto tiene que ver con las campañas” contra el uso de pirotecnia, evaluó Miño.

En tanto, hasta el mediodía de ayer el Hospital Oftalmológico Santa Lucía llevaba atendidas a 34 personas lesionadas, la mitad de ellos menores de 15 años, lo que significa que los porcentajes “se mantuvieron en relación con lo ocurrido el año anterior”, señaló el médico de guardia José González del Cerro. Dos de los casos atendidos fueron de gravedad y necesitaron cirugías, una realizada en el Santa Lucía y la otra en otro establecimiento de la ciudad de Buenos Aires. La mayoría de las emergencias atendidas consistieron en heridas provocadas por corchazos y la incorrecta manipulación de la pirotecnia, aunque también se registraron “heridas de arma blanca, armas de fuego y traumatismos”, afirmó Del Cerro. Por otra parte, el jefe de guardia del Santa Lucía reflexionó que “lamentablemente no se explica por qué ocurre” el fenómeno de los chicos heridos. “Vienen los padres con los chicos diciendo que no saben de dónde sacaron la pirotecnia o quién se las dio.”

Entre medianoche y la mañana, al Hospital Oftalmológico Lagleyze recibió a 14 personas lesionadas por pirotecnia o tapones de bebidas espumantes; 7 de esas personas eran menores. La cifra “representa muchísima menor cantidad de gente que años anteriores”, aseguró el jefe de guardia del establecimiento, Alejandro Sorano, quien aseguró que por la tarde “ingresaron otros pacientes, pero todos con tratamientos ambulatorios, ninguno quedó internado”. “Muchos fueron dados de alta, sólo dos o tres quedaron internados para realizarles estudios o intervenciones quirúrgicas y el caso más grave fue de una persona a la que hubo que cerrarle el ojo por una herida profunda con pirotecnia”, dijo.