Con la clausura, esta semana, de la Ciudad Cultural Konex, en el barrio de Balvanera, y Makena Cantina Club, en Palermo, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ya produjo el cierre temporal de una veintena de centros culturales desde fines de diciembre pasado. Las medidas tomadas por la Agencia Gubernamental de Control (AGD) sorprendieron a los legisladores de la oposición, que después de largos debates con el oficialismo habían logrado la sanción de la ley que establece las normas para el funcionamiento de los centros culturales en la Capital Federal. La relevancia de la sanción de la ley estaba dada, precisamente, en haberles proporcionado a esos lugares una figura legal precisa para evitar clausuras caprichosas que, a lo largo de 2014, superaron el centenar.

Por lo general, se trata de centros culturales que, en muchos de los casos, funcionan en clubes de barrio, salas de fomento, galpones y otros espacios abiertos para que los vecinos de esos lugares tengan la cercana posibilidad de acceder a conferencias, representaciones teatrales y otras actividades sin fines de lucro. Es sorpresiva, por otras razones, la clausura del Centro Cultural Konex por tratarse de un lugar de excelencia donde se realizan en forma habitual eventos multitudinarios en un espacio muy bien dispuesto y con una infraestructura impecable.

“Estamos sorprendidos por las clausuras, sobre todo la del Konex, pero hasta el momento no tenemos información precisa sobre las razones invocadas por los funcionarios porteños”, explicó a Página/12 una fuente de la Legislatura porteña. Desde el Konex confirmaron que sigue vigente la clausura, dispuesta a principios de la semana.

La clausura del Konex afecta la presentación de la temporada de verano con una serie de actividades que para el martes incluía las actuaciones de los grupos Poncho, Banda de Turistas, Barco, Callate Mark y Boomerang. También se informó que, en el caso de Makena, ayer estaba prevista la actuación en vivo de los Blues Motel y hoy se iban a presentar en el escenario de Fitz Roy 1414 Sombrero y las Holy Cows.

La veintena de clausuras comenzó en los últimos días de diciembre pasado, e incluyó, entre muchos otros, a La Víctor Jara, que tiene su centro cultural en 24 de Noviembre 2273, en el barrio porteño de Parque de los Patricios. Los legisladores impulsaron la norma legal que regula el funcionamiento de los centros culturales, a los que se denomina como tales cuando se conforma “cualquier espacio no convencional, experimental o multifuncional en el que se realicen manifestaciones artísticas de cualquiera de los lenguajes existentes que signifiquen espectáculos, funciones, festivales, bailes, exposiciones y muestras con participación directa o tácita de los intérpretes y asistentes”.

Otro de los cuestionamientos se debe a que las clausuras hayan sido decididas por funcionarios de la Agencia Gubernamental de Control (AGC), cuyos directivos, Martín Farrell y Pablo Saikauskas, se encuentran procesados en la causa por el derrumbe del boliche Beara. A los nombrados, la Sala VII de la Cámara del Crimen los acusó de haber cobrado “coimas” para habilitar un lugar que no estaba en condiciones para la realización de recitales y reuniones multitudinarias.

La Cámara confirmó los procesamientos por el trágico accidente ocurrido el 10 de septiembre de 2010. El derrumbe de un entrepiso en el boliche Beara provocó la muerte de Ariana Beatriz Lizarraga, de 21 años, y de Paula Leticia Provedo, de 20. También se confirmó el procesamiento del ex jefe del Departamento Esparcimiento de la AGC Norberto Cassano, del inspector Carlos Gabriel Mustapich, de los empresarios Juan Carlos María Yun, Agustín Dobrila, Roberto Martín Kattan Coria, Ivan Andrés Fliess y Ronaldo Fliess, de los gestores de las habilitaciones Leandro Camani y Matías Pantarotto, y del maestro mayor de obras, Gustavo Amaru.