Un hombre de 26 años está a disposición de la Justicia uruguaya, que lo considera sospechoso por el crimen de Lola Chomnalez, la adolescente asesinada en Barra de Valizas el 28 de diciembre. Trascendió su apodo, El Cachila, y que tiene antecedentes penales por al menos un caso de lesiones. Fue detenido en Rivera, una localidad que limita con Brasil, luego de que una denuncia anónima brindara una versión verosímil del crimen, que lo involucraba.

Al mediodía, la policía dio con él tras tres allanamientos realizados “en fincas precarias” de la ciudad, informó a este diario el jefe de Policía de Rivera, inspector principal Wilfredo Rodríguez. Junto con el sospechoso, fueron demorados cinco de sus familiares (tres hombres y dos mujeres, en todos los casos mayores de edad), que al final de la tarde recuperaron la libertad, tras brindar declaración, desde las 14, ante el juez de Rivera, Humberto Verri. El Cachila, en cambio, fue trasladado a Rocha, a 500 kilómetros, donde será interrogado por la jueza Silvia Urioste, a cargo de la investigación del crimen de Chomnalez. Los investigadores establecieron que El Cachila se encontraba en Valizas el día en que fue asesinada la adolescente argentina.

De acuerdo con la normativa uruguaya, la jueza Urioste tiene 24 horas para tomar declaración al sospechoso, y de 48 para disponer qué hacer con él. Anoche, fuentes de la investigación señalaron que la declaración podría tener lugar esta mañana. La jueza podría ordenar un estudio genético para establecer si la sangre hallada en el monedero de Lola pertenece al detenido en Rivera.

El nombre del nuevo sospechoso fue brindado por un informante anónimo, que llamó a una línea telefónica gratuita habilitada para recibir denuncias. La versión fue considerada verosímil por el nivel de detalle del relato y fue derivada al comisario Javier Silva, a cargo de la Dirección de Investigaciones de la Jefatura de Policía de Rivera, la localidad de alrededor de 100 mil habitantes que tiene por demarcación de frontera con Brasil una calle, que la separa de la ciudad de Livramento. El informante aportó “datos creíbles”, que los investigadores de la fuerza consideraron atribuibles solamente “a conocimiento pleno de los hechos o en su defecto a un odio enfermizo contra el detenido”.

Establecida la verosimilitud, “se hace el allanamiento en tres fincas precarias. En una se detiene a dos femeninas y en otra a cuatro masculinos, entre ellos el sospechoso”, informó el inspector principal Rodríguez, quien dejó a las seis personas, todas mayores de edad, a disposición del juez letrado de Segundo Turno de Rivera, Humberto Verri. En su declaración, El Cachila habría presentado un relato con contradicciones. El juez Verri se comunicó con su colega de Rocha, Urioste, quien pidió el traslado inmediato del principal sospechoso, mientras que sus familiares permanecieron en Rivera, donde brindaron testimonio durante la tarde, y recuperaron en libertad al anochecer.

Medios uruguayos aseguraban ayer que el rostro del sospechoso tiene similitud con el del identikit dado a conocer por la policía de Rocha.

La adolescente Lola Chomnalez viajó el 27 de diciembre a Barra de Valizas, donde pasaría unos días en casa de su madrina, Claudia Fernández; su esposo, Hernán, y el hijo de 14 años de él. Al día siguiente, la chica fue a caminar por la playa luego de almorzar y durante dos días su madrina y su familia no supieron nada de ella. El 30 de diciembre, fue hallada a unos 4 kilómetros de la casa en la que se alojaba. Lola había sido enterrada en una zona de médanos, cerca de un camino muy poco transitado.

La autopsia estableció que la adolescente murió por asfixia por sofocación. Durante los peritajes, sobre las pertenencias de Lola se encontraron rastros de sangre, que permitieron obtener el patrón genético de ella y otra persona, cuya identidad todavía se desconoce. Hasta ahora, los estudios comparativos realizados con el ADN de 10 sospechosos dieron resultados negativos.