SOCIEDAD › MATO A UN JOVEN EN ROSARIO Y EL BARRIO LE PRENDIO FUEGO EL AUTO

Un prefecto a los balazos

En el barrio rosarino Tablada, un prefecto disparó tres veces contra un joven y lo mató. Dijo que intentó asaltarlo con otro muchacho. La familia de la víctima asegura que el joven estaba solo y niegan que hubiera intentando robarle.

Desde Rosario

Maximiliano Zamudio, de 16 años, recibió tres disparos mortales a manos de un prefecto, el miércoles por la noche, en el barrio Tablada. Del hecho hay dos versiones completamente diferentes. El fiscal Miguel Moreno expresó que lo que surge de la declaración del cabo primero Ariel Fernando A. C., de 34 años, es que todo ocurrió tras un intento de robo, cuando éste entró con su Ford Falcon blanco a un pasillo de la barriada, donde una acompañante –vecina de la zona– buscaría un equipo de música para una fiesta. En ese momento, dijo haber sido sorprendido por dos jóvenes que lo enfrentaron con un arma larga, por lo que sacó su pistola y disparó. La familia y los vecinos de la víctima, en tanto, aseguran que el acusado estacionó en cercanías de la casa de Maxi, quien estaba en la vereda, y le pidió que se acercara al auto. Hubo un intercambio de palabras y el chico comenzó a alejarse, cuando el oficial lo insultó. “¿Qué te pasa?”, preguntó Maximiliano, y recibió los primeros dos tiros; un tercero sonó cuando ya estaba en el piso. “Era una criatura. No le dio tiempo ni a correr”, dijeron unas vecinas, que tras el hecho salieron a correr y golpear al prefecto. María, la madre del adolescente, aseguró que su hijo estaba solo y que no hubo enfrentamiento. Más tarde, los vecinos incendiaron el auto del uniformado. El cabo primero permanecía demorado.

“Fue un hecho de gatillo fácil”, dijo Marcos Cella, abogado de la familia.

Eran las 22.30 del miércoles cuando la kiosquera de la cuadra de Patricias Unidas y Uriburu se disponía a cerrar el local y el Ford Falcon llegó hasta allí, donde “nadie lo conocía”. La versión oficial da cuenta de que existió un intento de robo. “Un oficial de Prefectura llegó al pasillo acompañado por una mujer, quien entró a la casa a buscar un equipo de audio. En ese momento, el prefecto aparentemente fue abordado por dos hombres: uno se paró frente al auto y el otro, en la ventanilla, esgrimió un arma larga y le exigió sus pertenencias. El oficial le dio su teléfono, pero le pidieron más y empezaron a golpearlo en la cabeza, con el elemento que portaba el ladrón”, relató el fiscal.

“No me hagas nada, soy policía, vas a tener problemas”, le dijo el prefecto, según reveló Moreno. En ese momento, “el que estaba adelante le dijo al compañero ‘quemalo, quemalo’ y ahí el oficial sacó su arma y disparó dos o tres veces contra el que estaba en la ventanilla”, señaló. Maximiliano recibió balas en el tórax y el cráneo, con un arma calibre 40. El fiscal dijo que el cabo no está detenido porque “no se encuentran los riesgos procesales que ameritan el riesgo de fuga o entorpecimiento” en la investigación. Para Cella, “es una locura” que permanezca en libertad.

En tanto, Moreno señaló que el joven que estaba con el fallecido “habría efectuado dos disparos, tras los tiros del oficial, y está prófugo”. La familia asegura que esa persona “no existe”.

En la causa fue secuestrada el arma calibre 40 que portaba el oficial y el arma larga que, aparentemente, portaba el jovencito fallecido.

Afuera de la Unidad Fiscal de Homicidios, la familia de Maximiliano dio otra versión, en medio de las lágrimas. “Mi hijo estaba solo y no sé qué estaba haciendo ahí ese hombre, a esa hora. Pasó, le preguntó algo a mi hijo y le pegó (los disparos)”, fue el escueto relato de María, que vive en Colón al 4300.

Cella agregó que “el hombre llegó en su auto particular, solo, llamó al chico, que estaba en la puerta de su casa, lo insultó y cuando Maximiliano se retiraba lo mató de tres balazos. Cuando vieron eso, el barrio completo y la mamá del nene corrieron al hombre y él se defendió disparando contra la mamá del chico. Ella respondió con un palo y el barrio ayudó, por eso tiene lesiones el hombre”.

El letrado agregó: “Llegó a un barrio pobre, mató a un nene y se fue. Después el barrio le prendió fuego al auto. Esas cosas pasan cuando hay una injusticia. No hubo enfrentamiento”. Las vecinas aseguraron que el prefecto “se agarró la cabeza con las dos manos después de dispararle”.

Sobre ello, el fiscal se limitó a decir: “Sé cuál es la versión de la familia y será confrontada con la del prefecto cuando tomemos las declaraciones”. En tanto, se realizarán varias medidas para esclarecer el hecho. Por eso, se practicará un dermotest en el cuerpo de la víctima para saber si manipuló un arma de fuego, ya que la familia y el abogado niegan que hubiera estado armado.

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María reclama justicia por la muerte de su hijo y asegura que fue un caso de gatillo fácil.
Imagen: Andrés Macera
 
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