Tres argentinos que partieron en un velero desde Costa Rica para llegar hasta las islas Azores llevan 97 días en el mar y sus familiares no pueden localizar la embarcación. El último contacto que tuvieron los tres hombres, oriundos de la localidad rionegrina de Bariloche, fue el 26 de julio, trece días después de zarpar. Los familiares piden a la Armada y la Prefectura que emitan una “llamada de alerta internacional”, ya que perdieron todo rastro sobre su localización.

La travesía por el océano Atlántico del ingeniero naval Raúl Oscar Enríquez, su hijo Pablo Sebastián y el escribano Raúl Echevarría comenzó el 13 de julio en Costa Rica. El itinerario del velero Maratonga contemplaba la llegada a las islas Azores en 40 días, pero lleva 97 navegando y 84 sin poder ser localizado. La tripulación, integrada por los tres hombres de San Carlos de Bariloche, llevaba comida y bebida para 90 días, por lo que su familia pide con urgencia que la búsqueda tome trascendencia internacional.

Nélida Mihailov, esposa de Enríquez y madre de Pablo Sebastián, perdió contacto con su esposo e hijo hace más dos meses. “Ninguno de los esfuerzos realizados hasta el momento para localizarlos rindió frutos”, sostuvo la mujer, que contó que el 26 de julio perdieron comunicación y que, transcurrido un tiempo prudencial, comenzó la búsqueda de los familiares a través de un Foro Internacional de Navegantes, donde “alguien comentó que en agosto un radioaficionado se comunicó con ellos”, pero no consiguió mayores precisiones sobre ese contacto. Mihailov relató también que hace 14 días se encendió una luz amarilla en la cuenta de Skype de su hijo Pablo, y que intentaron en vano conocer el significado y la ubicación de esa señal.

Para la esposa de Enríquez sería fundamental en la búsqueda que la Armada Argentina o la Prefectura emitiera una llamada de alerta internacional para que las embarcaciones cargueras o de turismo que puedan cruzarse con el Maratonga sepan que los están buscando y ayuden a localizar a sus tres ocupantes. “La gente de mar es muy solidaria, si hay un alerta internacional los barcos se van a acercar”, aseguró Mihailov.

La embarcación en la que viajan los tres argentinos es un velero de 52 pies, casco de acero y dos mástiles, identificado con la matricula LU6VCR. El barco llevaba también un GPS Messenger Spot, que dejó de funcionar a dos semanas de salir de la costa y desde entonces no emitió ninguna señal. “No tenemos noticias de ellos (la tripulación) y tampoco han llegado a ningún puerto”, aseguró Mihailov.

En una odisea similar, el Tunante II partió el 22 de agosto de 2014 desde el puerto bonaerense de San Fernando hacia Río de Janeiro, con el cardiólogo Alejandro Vernero, de 62 años; el oftalmólogo Jorge Benozzi, de la misma edad; su yerno, Mauro Capuccio, de 35; y Horacio Morales, también de 62. La embarcación afrontó una fuerte tormenta a los cuatro días, luego de lo cual los tripulantes dieron señales de vida. “Sobrevivimos pero quedamos a la deriva”, pudieron avisar desde aguas cercanas a Brasil, en una última comunicación. Dos meses más tarde, un pesquero en el océano Atlántico encontró la balsa salvavidas de la embarcación en la que viajaban los cuatro, por lo que el ministro argentino de Defensa, Agustín Rossi, dispuso la partida de la corbeta ARA Parker hacia la zona, a 200 millas náuticas al este de Tramandaí. A más de un año del último contacto con el Tunante II, las familias de los desaparecidos siguen intentando localizarlos.