Tras el hallazgo en Montañita de los cadáveres de las mochileras mendocinas que vacacionaban en Ecuador, la fiscalía de la ciudad de Santa Elena, que investiga el crimen de Marina Menegazzo, de 21 años, y María José Coni, de 22, aseguró que fueron atacadas a golpes con un palo y a puñaladas. El Ministerio del Interior ecuatoriano afirmó que el asesinato de las turistas se produjo en el marco de un ataque sexual y que, según la legislación de ese país, está tipificado como “femicidio”. Por el hecho hay dos detenidos, uno de ellos trabaja en esa localidad turística como empleado de seguridad en distintos locales. En la casa en la cual se habrían concretado los homicidios la policía halló las mochilas de las chicas con sus objetos personales, además de colchones y guantes con manchas de sangre. Cerca de allí también se encontró el teléfono celular de una de las víctimas. Familiares de las jóvenes asesinadas advirtieron “desprolijidades” judiciales, por lo que piden que intervenga un equipo forense argentino y que se investigue si acaso las chicas pudieron ser víctimas de trata.

Circundada por calles de barro, una casa de cemento en Nueva Montañita, en la comuna ecuatoriana de Santa Elena, fue presuntamente el último sitio donde estuvieron María José y Marina. La vivienda pintada de color amarillo permanece acordonada, bajo resguardo. Los habitantes de este barrio fueron testigos durante el fin de semana del intenso movimiento policial en derredor del lugar en el que los agentes hallaron indicios del asesinato de las turistas argentinas.

Desde el Cuartel Modelo de Guayaquil, el ministro del Interior del Ecuador, José Serrano Salgado, afirmó que uno de los dos aprehendidos ayer, P.M., era el dueño de la casa y quien se declaró actor confeso de los crímenes. P.M. se desempeña como guardia de la comunidad y es de Guayaquil, aunque hace ya cuatro años que vive en el lugar. El otro implicado, conocido con el alias de “el Rojo”, es oriundo de Montañita. Ninguno de los dos registra antecedentes penales.

Al informar detalles del hecho, Serrano Salgado indicó que las jóvenes mendocinas ingresaron a Ecuador por Huaquillas, provincia de El Oro, el pasado 22 de enero por vía terrestre, y el 22 de febrero, a las 14, dejaron el hostal donde vacacionaban en Montañita.

Según declaró P.M., entre las 20 y 20.30 de ese 22 de febrero, El Rojo le comentó que había dos jóvenes argentinas en una de las barras conocida como La Abogadita. Ambos se les acercaron y tras las presentaciones de rigor ellas contaron que no tenían dinero y que iban a regresar a Guayaquil, para lo cual pedirían “un aventón”. Es ahí cuando P.M. ofreció alojarlas en su casa esa noche. Y ellas habrían aceptado.

“Las chicas, como no tenían dinero, acceden a quedarse en la casa del autor confeso. Es una casa muy vetusta, muy básica, donde permanecen hasta las 2.30 de la madrugada, cuando salieron a comprar unas gaseosas”, algo que “se corrobora también con la versión de la propietaria de la tienda donde efectuaron la compra”, relató el funcionario. Pero cuando las chicas regresaron al lugar donde pernoctarían, se encontraron con el dueño de casa y con el otro hombre en evidente estado de ebriedad. Ahí es cuando intentaron una agresión sexual. “El autor confeso se quedó en una habitación con María José y el otro se quedó en otro cuarto con Marina. P.M. intentó abusar de María José, quien reaccionó tratando de salir del lugar”, relató el ministro, “pero él le golpeó la cabeza con un palo, causándole la muerte”. Inmediatamente después ingresó al cuarto adjunto y vio que “el Rojo” le cortó el cuello a Menegazzo, quitándole la vida.

Luego P.M. declaró que intentó “limpiar el lugar del crimen y lavó los cuerpos, los metió en unas bolsas, los embaló con cinta y aproximadamente a las 3 de la tarde de ese 23 de febrero los llevó en una carretilla que tenía a un lugar a unos 400 metros de su casa y abandonó el cuerpo de María José. Luego quiso ocultar el de Marina”.

Por denuncias al 911 se descubrió primero un cadáver, que Criminalística trasladó a la morgue de Guayaquil, donde se mantenía como NN. Tras entrar en conocimiento de las denuncias de familiares de las víctimas y del cónsul de Argentina, entre el 26 y 27 de febrero, la policía de Ecuador comenzó a investigar y, junto con las huellas dactilares enviadas por las autoridades federales de la Argentina, se determinó que el cuerpo pertenecía a María José Coni.

“Aquí no estamos hablando de un delito común, de robo”, aclaró Serrano Salgado, quien agregó que en la investigación del caso trabajaron ocho equipos de inteligencia y 90 miembros de agentes especiales. “Para nosotros no sólo se circunscribe en un asesinato. Nuestra legislación tiene tipificada la figura del femicidio; y las circunstancias de los hechos nos indican que también hubo una intencionalidad sexual”, concluyó.

Por su parte, el fiscal de Santa Elena, Eduardo Gallardo, también aseguró que las chicas fueron atacadas durante un intento de abuso sexual. No obstante, añadió que el testimonio informal no sirve como prueba “porque es obligación obtener los elementos convincentes para mantenerlos detenidos”.

El fiscal contó que el sospechoso que confesó el hecho ya había declarado el pasado jueves como testigo en el caso, ya que estuvo presente en el momento en que fue encontrado el primero de los cuerpos. “Esta persona dijo que había estado en la zona y hasta recordó que vio estacionar un carro con vidrios polarizados, que había visto a un sujeto de pelo largo y con gafas, y que seguramente él había arrojado el cuerpo”, contó el fiscal. “Estamos luchando para que este delito no quede impune”, prometió el fiscal. Es en lo único que acuerdan familiares y amigos de las víctimas, que denunciaron supuestas “desprolijidades” en la investigación y acusaron al gobierno de Ecuador “de querer cerrar el caso lo antes posible”.

Los dos detenidos por el caso, ninguno tiene antecedentes penales.