SOCIEDAD
Un testigo y un detenido aseguran que Cristian Schaerer está vivo
Un chico dice haberlo descubierto en mayo en su cautiverio en un aserradero de Misiones, cuyos dueños están presos. Y un detenido declaró que lo trasladó a Paraguay el 20 de ese mes.
“Hola, yo soy Cepillo. Y vos ¿cómo te llamás?” “Yo me llamo Cristian”, contestó. Cepillo le subió la capucha. Vio sus pómulos lastimados y sus ojos rojos. Y lo vio llorar. Esa es parte de la declaración que realizó un joven de 18 años en la causa donde se investiga el secuestro de Cristian Schaerer y que generó las detenciones realizadas en los últimos días, según afirmó a Página/12 el abogado de la familia, Ernesto González. “Cepillo” es un adolescente criado por la pareja detenida el miércoles pasado en Cañuelas y con la que vivía en el aserradero misionero donde habría estado cautivo Cristian el mes pasado. A su vez, un ex militar paraguayo, también detenido, aseguró ayer ante la policía de ese país que el 20 de mayo pasado trasladó a Cristian desde Misiones hacia Paraguay. Por otra parte, Gendarmería Nacional está tras los pasos de un abogado en Misiones que estaría vinculado con el secuestro y “sería un testigo protegido por un juez federal porteño”, según reveló González.
El ex militar paraguayo detenido el miércoles pasado en Ciudad del Este, Justo Pastor Rojas Martínez, declaró ante la policía de ese país que le dijo “al chico que tenía que trasladarlo a una chacra de por acá cerca, que no tuviese miedo porque no le iba a hacer ningún daño”. “Estaba preocupado porque me dijo que no conocía dónde estaba y que tenía miedo de que le hicieran algo, pero lo tranquilicé porque no pensaba hacerle nada, solamente tenía que llevarlo adonde me habían dicho”, señaló el detenido.
Cuando los policías le preguntaron cómo estaba vestido el joven, el ex militar respondió que tenía “unos championes (zapatillas) negras, un vaquero azul y una remera”, y agregó que “estaba bien, lúcido, no estaba drogado ni dopado, caminaba bien y se lo veía bien, sin problemas aparentes, caminó perfectamente para subir al auto”.
“¿Seguro no lo conocías?”, le preguntó la policía paraguaya. “¡No, chamigo...!”, fue la respuesta. “Recién me di cuenta el 24 o 25 (de mayo), cuando vi un diario argentino”, relató. Sin embargo, los investigadores dicen contar con pruebas suficientes que permiten vincularlo no sólo con la posibilidad de una negociación por un nuevo rescate, sino con el ocultamiento del joven durante los últimos tiempos.
La detención de Rojas Martínez, quien aseguró que Cristian estaría vivo en algún lugar de Paraguay, desencadenó una serie de detenciones realizadas en ese país, de las que aún “no se puede dar mayores precisiones por el secreto de sumario que impuso la policía local”, aseguró el abogado.
Rojas Martínez es primo de Carlino Rojas Morel, de nacionalidad paraguaya, detenido junto a su pareja brasileña, Rosa Amelia Moreyra Castilhos, en Cañuelas. Morel y Castilhos serían los propietarios del aserradero ubicado en Villa Bonita, paraje cercano a Posadas, donde mantuvieron ocho días en cautiverio a Cristian, según declaró “Cepillo” en la causa, que fue criado por la pareja desde los 12 a 18 años y que se encargaba de alimentar a Cristian.
“El 12 de junio pasado, Cepillo fue detenido por cometer un delito e interrogado por la policía misionera; el chico relató lo que ocurría en el aserradero y que había visto a Cristian allí. Esto motivó las posteriores detenciones”, detalló el abogado. En el aserradero, Cristian habría estado secuestrado en mayo pasado, según contó el letrado.
Rojas Morel confesó ante la policía que Cristian está vivo en Paraguay y que él había sido designado por los cabecillas de la banda que lo secuestró para negociar un nuevo rescate con la familia Schaerer –que ya pagó 277 mil dólares en noviembre pasado–. El detenido precisó, incluso, que por esa intervención le iban a pagar 50 mil dólares.
Informe: Silvia Marchant.