SOCIEDAD › RECHAZO LA PROTECCION JUDICIAL, EN EL CASO LUCENA
El testigo de la discordia
El testigo clave del caso Lucena, cuyo testimonio derivó en la detención de tres personas presuntamente vinculadas al crimen de Diego, no aceptó ingresar al sistema de protección de testigos de la Procuración bonaerense. Ayer al mediodía, entretanto, el fiscal general de La Matanza, Alberto Cano, recibió a los padres y hermanos de la víctima, quienes tenían la intención de pedir el apartamiento del fiscal de la causa, Gustavo Banco. Los familiares de Diego insisten en responsabilizar por el crimen a policías de la comisaría de San Carlos, en Isidro Casanova. En cambio, el fiscal Banco sostiene que por el momento la declaración del testigo clave, refrendada por once testimonios, indica la autoría de una patota, presumiblemente constituida por los detenidos.
El testigo clave es el que, aparentemente, amplió la hipótesis de la responsabilidad de una patota en el crimen de Diego Lucena. El testigo, según el fiscal Cano, “es amigo de quienes quedaron detenidos, por lo que su testimonio no está viciado”. Por ese motivo, y por lo caldeado del caso, al testigo le ofrecieron acogerse al sistema de protección de testigos de la Procuración General de la Suprema Corte bonaerense. Razones había. Pero el ofrecimiento fue rechazado.
Los detenidos por el homicidio fueron identificados como Carlos “Cali” Aikhanian, Walter “Wally” Sadia y José “Peque” Brito. Además, la declaración del testigo modificó la situación del hasta ahora testigo privilegiado del caso: Mario “Topo” Brites, el joven que fue expulsado de la disco junto a Diego y que declaró que la policía lo había perseguido. Ahora, la Justicia no sólo cree que mintió en su testimonio sino que además sostienen que vio cuando asesinaban a Diego.
Ayer, tras la agitada concentración del martes ante la fiscalía de San Justo, el fiscal general de La Matanza, Alberto Cano, mantuvo una reunión con los familiares de la víctima. El pedido había sido formulado por los padres de Diego el martes, con la intención de presentar un pedido de apartamiento del fiscal Gustavo Banco, de quien sospechan que evita profundizar la línea que responsabiliza a la policía. De todos modos, la aparición del testigo clave, la detención de los tres patoteros, la de Brites –sobre cuyo testimonio se montaba la acusación familiar a la policía–, y la ausencia de pruebas concretas que sostengan esa hipótesis hacen difícil que Banco sea removido del caso.