SOCIEDAD

Tres horas secuestrado en manos de inexpertos

La víctima, empleado de una empresa de indumentaria, pudo ser rescatada por la policía porque a los secuestradores se les quedó el auto. Un detenido y un prófugo.

Claudio Daniel Fernández, 34 años, empleado de una empresa dedicada a la comercialización de ropa para niños, vivió una odisea de tres horas cuando fue secuestrado por una banda, a todas luces inexperta, que fracasó en su intento sin llegar, siquiera, a pedir el rescate. Los dos delincuentes que intervinieron quedaron al descubierto al sufrir un desperfecto mecánico el auto en el que trasladaban a la víctima. De tan nerviosos que estaban, alertaron con sus movimientos extraños a una patrulla policial. Uno de los secuestradores, un menor de 17 años, fue detenido y su cómplice pudo escapar. El fallido secuestro express comenzó cuando Fernández salía de su domicilio, en Villa Martelli, y finalizó en una zona descampada del partido de La Matanza, cuando los aprendices intentaban llegar hasta una villa de emergencia donde pensaban esconder al cautivo hasta que se abonara el rescate. Según la policía, la misma banda había fallado antes en su intento por secuestrar a la esposa de un ingeniero, a la que sólo lograron arrebatarle el bolso, que luego fue recuperado.
La esposa de Fernández, que prefirió mantener su nombre en reserva, negó las versiones que indicaban que su cónyuge era el dueño o un “alto ejecutivo” de la empresa de ropa para niños Mimo & Co. Eso fue lo que dijo, al principio, la policía, pero después se confirmó que Fernández es un empleado de la firma que se desempeña como asistente del gerente de producción. “Los dos somos empleados”, dijo la mujer, y con ese simple argumento quiso explicar que carecen del nivel propio de un candidato al secuestro. La mujer, muy angustiada, comentó que hace pocos días su marido había sufrido un asalto y que la sumatoria de incidentes había provocado “un vuelco de 180 grados” en su vida. Ahora piensan en “tomar todas las medidas necesarias” para su seguridad.
Todo fue tan improvisado que uno de los secuestradores se movilizaba en una bicicleta cuando se produjo el secuestro, que fue advertido por la esposa de Fernández, a quien le llamó la atención el ruido que hizo el coche de su marido, un Renault Clío bordó, al frenar en forma brusca. El hombre fue maniatado y trasladado en su propio auto hasta Isidro Casanova, en La Matanza, por dos jóvenes. El episodio comenzó a las 7.30 y a Fernández lo llevaron recostado sobre el asiento trasero.
Los secuestradores se complicaron cuando estaban dando vueltas cerca de la villa de emergencia conocida como 22 de Enero, en Ciudad Evita, partido de La Matanza. Primero el auto entró y salió tres veces del lugar, mientras los dos secuestradores realizaban notorios esfuerzos para calmar a la víctima. Luego el Clío sufrió un desperfecto mecánico y eso terminó por alertar a los ocupantes de un móvil del Comando de Patrullas de La Matanza. Luego llegaron otros cinco patrulleros que rodearon a los secuestradores, uno de los cuales pudo escapar.
A poco de ocurrido el hecho, al salir a la calle para saber por qué su esposo había frenado en forma tan brusca, la esposa de Fernández había denunciado en la comisaría de Villa Martelli que “algo raro” le había pasado a su marido, ya que en el piso habían quedado tirados algunos papeles que llevaba y que eran importantes para su trabajo. La policía detuvo a un menor de 17 años. Al chico le secuestraron una pistola calibre 22, municiones y tarjetas de crédito. Fernández fue liberado sano y salvo. “No vi nada pero escuché la alarma del auto y cuando vi que habían quedado cosas tiradas en el piso me di cuenta que algo raro pasaba y por eso hice la denuncia”, explicó la mujer.

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La víctima es asistente del gerente de producción de Mimo.
 
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