SOCIEDAD › FELIPE SOLA SE REUNIO CON DUEÑOS DE RADIOS

Para cambiar las coberturas

Por R. K.

El gobernador bonaerense, Felipe Solá, y el ministro de Seguridad, León Arslanian, inauguraron ayer una serie de reuniones con dueños y ejecutivos de medios de comunicación para tratar la cuestión de los secuestros. Los primeros que se sentaron a la mesa fueron los directivos de Asociación de Radiodifusoras Privadas Argentinas (ARPA), entidad que agrupa a las radios. Ayer concurrieron a La Plata directivos de emisoras de la Capital Federal, Pergamino y Bahía Blanca, aunque no lo hicieron en representación de sus respectivas empresas, sino como comisión directiva de ARPA. En el extenso encuentro, Solá y Arslanian señalaron los riesgos en que se pone a la víctima de un secuestro y a la sociedad en general con las coberturas al estilo de las que se están haciendo ahora, aunque en todo momento quedó en claro que deben ser las propias radios las que autoestablezcan los límites y los cambios en las formas de realizar las coberturas.
Algunas de las cuestiones que expusieron el gobernador y su ministro ante los representantes de las radios más importantes de Capital Federal y el Gran Buenos Aires fueron las siguientes:
- Está probado –dijeron Solá y Arslanian– que en varios casos los secuestradores se nutrieron de información proporcionada por los medios sobre la marcha de las investigaciones, sobre algún allanamiento e incluso respecto de hipótesis que se barajaban. En ocasiones se mostró también el accionar policial, cuando siempre los secuestradores exigen que no se haga la denuncia y que no intervengan la policía ni la Justicia. Por supuesto se trata de filtraciones, que en algún caso vienen de los investigadores, pero otras veces de familiares, vecinos y hasta de presos. En algunos casos así se pone en riesgo la vida de la víctima.
- Darle un gran despliegue periodístico a los secuestros produce el efecto de valorizar ese delito en el mundo de la delincuencia y, sobre todo, en las cárceles. En muchos casos el secuestrador crece en prestigio en el hampa porque es capaz de provocar conmociones de envergadura nacional. Eso se traduce en que personas, sobre todo jóvenes, condenados por delitos menos graves y que están a punto de salir de la cárcel, piensan en un secuestro no sólo como forma de conseguir dinero, sino que se ilusionan con subir en la escala de prestigio del mundo de las bandas.
- La información sobre secuestros en muchos casos produjo un aumento en el monto del rescate. Por ejemplo, cuando se habló en los medios que el secuestrado era familiar de un empresario poderoso, de conocidos profesionales o de un jugador de fútbol que firmó importantes contratos, ocurrió que los secuestradores modificaron la cifra a pagar, aumentándola en la segunda llamada. En muchos casos, el secuestro es al voleo, sin gran inteligencia previa –como sucedió con Nicolás Garnil–, pero incluso la exhibición del frente de la vivienda familiar les permite a los secuestradores imaginar que pueden conseguir más dinero.
- Las coberturas asfixiantes han llevado también a que en numerosas ocasiones los familiares de los secuestrados hayan tenido que saltar paredes del fondo de sus viviendas para ir a pagar los rescates. El propio Nicolás Garnil tuvo que entrar por los fondos, saltando desde una pizzería, cuando los secuestradores lo soltaron y su familia no quería exponerlo a los medios tras 20 días de estar cautivo.
En este marco, Solá y Arslanian dejaron planteado el problema de la forma en que los medios –y en este caso, las radios– difunden la cuestión de los secuestros. Fue un primer encuentro y el criterio es que ARPA discuta el tema y los propios responsables de las radios tomen las decisiones.

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