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La población de argentinos legales en Madrid al menos se duplicó en los últimos años. Un informe estadístico del Movimiento Migratorio de esa región, presentado ayer, indica que entre 1995 y el año 2003 el número de argentinos pasó de 4500 a 10.500. Las cifras revelan además que es una de las comunidades más numerosas de la región. Con Ecuador, Colombia y Rumania representa el 57 por ciento de los 141.954 inmigrantes extranjeros llegados a Madrid en el 2003, la mayoría tiene entre 15 y 34 años.
La avanzada de los argentinos sobre la península ibérica no es un dato desconocido. Tal como lo indican los referentes de las asociaciones de extranjeros en España, la gran fuga coincidió con la crisis de diciembre del 2001 y continuó en alza durante los años siguientes. De acuerdo con los datos del informe del Movimiento Migratorio, elaborado a partir de los padrones municipales, los argentinos en Madrid serían unos 10.445, menos del 10 por ciento de lo que se calcula que hay todo el país. La población de argentinos en España supera en este momento, según datos del consulado de Madrid, a los 110 mil inmigrantes, 80 mil de ellos con sus papeles en regla. “Es muy difícil tener cifras ciertas de los argentinos –le dijo a este diario una fuente del consulado–, porque con la legalización pierden la nacionalidad y porque con muchos de los ilegales no hay forma de contabilizarlos.”
En los próximos días, la agenda de los argentinos españoles contempla el tratamiento de un tema caliente: comenzará el debate por la ley de regularización especial para los argentinos que entraron a la península antes del cambio de gobierno. Los empresarios y contratistas son una de las patas de este acuerdo. Entre los requisitos, los candidatos deben demostrar que efectivamente tienen trabajo.
“Somos como el chivo expiatorio”, dice Alvaro Jiménez, referente en Tenerife de la Asociación de Argentinos en España. A los problemas con los trabajos, se agrega una suerte de persecución de niveles varios: pedidos de documentos cuando van a un parque de diversiones, retenciones arbitrarias de pasaportes y en los últimos meses los universitarios tienen cada vez más problemas o no pueden conseguir la homologación de sus títulos.
Buena parte de estos datos no aparece en el informe sobre la Inmigración y el Sistema Productivo de la región de Madrid, publicado ayer. Las estadísticas destacan, en cambio, que la inmigración contribuye al desarrollo económico de la región, ya que se trata principalmente de población joven que se integra fácilmente. Y considera que la población extranjera ha registrado en los últimos años un “incremento espectacular” al pasar de menos de 100 mil extranjeros empadronados en 1995 a 589.400 en enero del 2003.