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Cuando van a cumplirse seis años del suceso, fue elevado a juicio oral el caso del avión de LAPA que en la noche del 31 de agosto de 1999, sin llegar a levantar vuelo, terminó estrellándose contra un terraplén del predio de la Asociación Argentina de Golf, frente al Aeroparque Metropolitano, provocando la muerte de 60 pasajeros, tres miembros de la tripulación y dos transeúntes. En la audiencia, nueve personas estarán en el banquillo de los acusados, entre ellos el presidente de la aerolínea, el checo nacionalizado argentino Gustavo Deutsch, y el vicepresidente, Ronaldo Patricio Boyd, imputados de estrago culposo, penado con hasta cuatro años de prisión. Por incumplimiento de los deberes de funcionario público están acusados el brigadier retirado Enrique Dutra, ex titular del Comando de Regiones Aéreas, y otros dos ex jefes de la Fuerza Aérea. El peso de la acusación recayó sobre el piloto Gustavo Weigel, que falleció en el accidente, y sobre quienes avalaron su carrera.
El juez federal Sergio Torres dio por terminada la investigación y elevó las actuaciones a juicio oral. Ahora se tiene que designar al tribunal que tendrá a su cargo la etapa decisiva del proceso. Además de Deutsch y Boyd, están imputados Fabián Chionetti, Nora Arzeno, Valerio Diehl y Gabriel Borsani, todos empleados de LAPA. Los seis están acusados por el delito de “estrago culposo”. Por incumplimiento de los deberes de funcionario público serán juzgados Dutra, el ex director de Habilitaciones Aeronáuticas del Comando de Regiones Aéreas Damián Peterson, y el ex jefe del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial Diego Lentino.
La tragedia del vuelo 3142 se desencadenó a las nueve de la noche del 31 de agosto de 1999. La aeronave estaba al mando del comandante Weigel y del primer oficial Luis Etcheverry. Como auxiliares de a bordo se desempeñaban Verónica Tantos, Cristina Iglesias y María Antolín Solache. El Boeing 737 recorrió la pista 13 y sin llegar a despegar, sobrepasó los límites del aeroparque y terminó contra un terraplén de la Asociación de Golf, junto al Complejo Punta Carrasco.
El avión derribó la verja perimetral del aeroparque, rompió la antena de localizador del sistema de aterrizaje por instrumentos (ILS), dañó la unidad reguladora de distribución de gas, al cruzar la avenida Costanera destruyó un Chrysler Neón en el que iban Oscar Ramonino y Andrea Grilli, dañó un Fiat Spazio y un Audi A3, se llevó parte de una parada de colectivos y un puesto de diarios. Además de los 65 muertos, hubo diez heridos, entre ellos los transeúntes Luis Obarrio y el cabo de la Prefectura Jorge Diosques, y otros 34 sobrevivientes.
El juez Torres recordó que para que haya responsabilidad del agente público “debe mediar una relación de causalidad entre su imprudencia o negligencia y el accidente ocurrido”. En ese tipo penal incluyó a los imputados Deutsch, Boyd, Diehl, Chionetti, Borsani y Arzeno, por entender que “habían cumplido de manera negligente aquellos deberes y obligaciones a su cargo”. Precisó que el accidente ocurrió por “la falta de efectivo control y consecuente toma de medidas por parte de las personas responsables de la firma LAPA S.A. con nivel decisorio”.
El magistrado responsabilizó a los directivos por la contratación del fallecido piloto Gustavo Weigel y por haber permitido “el desarrollo de toda su trayectoria en la empresa” hasta el momento del accidente. Se fustigó el “accionar negligente de aquellas personas que de una manera u otra” permitieron que Weigel “estuviera al mando de una aeronave”. El juez recordó que “uno de los principios básicos” de la actividad aeronáutica es “la seguridad de vuelo”, motivo por el cual “no debieron minimizarse los errores cometidos” por Weigel a lo largo de su carrera.