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El proyecto que crea la figura del donante presunto está lejos de convertirse en ley. A pesar del compromiso público del ministro de Salud, Ginés González García, el Senado no la aprobaría tal como vino de Diputados. De esta manera, el proyecto retornaría a la Cámara baja, donde su tratamiento ya se había demorado por más de un año. “El proyecto sufrirá modificaciones”, comentó en diálogo con este diario la presidenta de la Comisión de Salud, la misionera justicialista Mercedes Oviedo. Ayer, un grupo de médicos, juristas y especialistas en bioética dieron su opinión sobre el proyecto ante senadores de dos comisiones. El punto de la discordia es la actitud compulsiva del proyecto que, salvo negativa expresa, convierte a todos en presuntos donantes.
Los argumentos se cruzan en uno y otro sentido. Así surge de las primeras audiencias convocadas para analizarlo. Uno de los principales temores de los médicos comprometidos con el tema es que la futura norma genere el efecto contrario del que se pretende. Es decir, que una fuerte campaña en contra de la donación de órganos termine dando resultados y reduzca la cantidad de donantes.
Federico Villamil, de la Sociedad Argentina de Transplantes, consideró que “es necesaria una mejor formación médica, ya que el primer eslabón de un transplante es el médico joven que está de guardia”. Villamil también resaltó la necesidad de “erradicar mitos y leyendas e invertir los correspondientes recursos”.
No pocos funcionarios destacan que una norma similar a la que se está discutiendo fue la que en España aumentó considerablemente la cantidad de donantes y de donaciones. No destacan que la fuerte campaña cultural realizada tuvo tanto o más que ver con esos resultados.
Para Villamil, “la donación de órganos es el ejercicio de un derecho personalísimo. Si se aprueba esta ley, va a servir para poner el tema en el tapete, pero no va a resolver la cuestión”.
Alejandro Broda, del Colegio Público de Abogados porteño, dijo que “presumir que una persona está dispuesta a donar sus propios órganos puede ir en contra de ciertos principios jurídicos que son importantes”. Para ello, hizo la comparación con las donaciones patrimoniales.
El Tribunal de Etica de la Asociación Médica Argentina también puso sus reparos. El centro de sus objeciones está en la presunción obligatoria del donante. No menor fue también la mención del doctor Villamil sobre la futura composición del Incucai. El médico no dudó en señalar que el directorio del organismo tiene que surgir de concursos públicos de oposición y antecedentes y no por el nombramiento directo “del ministro de Salud”, como específica el proyecto.
Por lo pronto, la iniciativa no se votará antes de las elecciones. Con suerte llegará al recinto antes de que termine el período de ordinarias, el 10 de diciembre.