SOCIEDAD
La Justicia detuvo la obra de un shopping en los bosques de Cariló
Un inmenso shopping con dos salas de cine se levantaba en un bosque de Cariló. Los vecinos pidieron un amparo y un juez ordenó frenar la obra y realizar un estudio de impacto ambiental.
La iniciativa era presentada por sus creadores como un “proyecto de película”. Pero durante la proyección, la función tuvo que levantarse. La idea con pretensiones de séptimo arte es un emprendimiento inmobiliario que planea instalar un centro comercial con dos salas cinematográficas en la ciudad balnearia de Cariló, justo en los 900 metros cuadrados en los que actualmente hay un bosque y en contra de una ley provincial que declara a toda la localidad como parque protegido. Las acciones de un grupo de vecinos que se oponen a la construcción por considerar que puede ser perjudicial para el medio ambiente concluyeron en una orden judicial para frenar las obras.
Cinema Cariló es el nombre elegido para el nuevo shopping que, según sus impulsores, tendrá “tiendas de indumentaria, libros, helados y música” repartidas en 18 locales. Además, contará con un supermercado y dos salas de cine para 150 espectadores cada una, con “equipos de sonido de última generación y butacas que no tendrán nada que envidiarles a las mejores salas de Buenos Aires”. Según el proyecto, los cines ocuparán un 30 por ciento de la superficie total y serán construidos bajo tierra.
Los responsables del proyecto son la empresa Charles de Guerrero, dueña del terreno, y la constructora Cilene SA, que se toparon con un obstáculo: el lugar elegido para levantar el complejo –al igual que toda la localidad– es un parque protegido por la ley provincial 12.099. Y los vecinos están interesados en que se respete la reglamentación. La norma establece que para cualquier obra que modifique el paisaje de Cariló debe realizarse previamente un estudio de impacto ambiental y sólo podrán autorizarse aquellas que no lo perjudiquen.
Para la Sociedad de Fomento de Cariló, la evaluación requerida no fue presentada. Y aun así, las obras se iniciaron con la autorización del municipio. “La empresa no cumplió la ley y la muncipalidad no la hace cumplir”, aseguró a Página/12 Eloy Lesca, presidente de la organización vecinal.
A pesar de lo establecido legalmente comenzó el movimiento de máquinas y obreros en el bosque. “Tiraron abajo todos los árboles, los pinos y las acacias. También cavaron para hacer los cines, sacaron metros y metros de arena”, detalló Lesca.
La Sociedad de Fomento presentó un recurso de amparo fundamentado en que la comuna no había exigido y la empresa no había cumplido con la realización del estudio de impacto ambiental. El recurso fue escuchado por el juez en lo Contencioso Administrativo de Dolores Antonio Escobar, quien el pasado 6 de octubre dispuso que tanto la municipalidad como Cilene “cesen toda obra que estén realizando en el predio cuestionado hasta que se presente y evalúe un estudio de impacto ambiental”. Tiempo después, Cilene solicitó al magistrado que dejara sin efecto la medida cautelar, pero ese pedido fue rechazado el 18 de octubre.
La empresa aduce haber presentado el estudio exigido por la ley, sólo que reconoce haberlo hecho fuera de término. En esa evaluación se aclara que el impacto sobre el ambiente sería “nulo”. No conforme con esa opinión, el juez solicitó la realización de un peritaje independiente.
No sólo la desaparición de la arboleda preocupa a los vecinos: “Al poner los cines en el subsuelo se puede perforar el manto arcilloso que separa la primera napa de la segunda –dijo Lesca–. Y como la primera ya está contaminada, podría contaminarse la segunda”.
Los vecinos prefieren no especular acerca del desenlace judicial. “No sabemos cómo va a terminar ni cuándo, sólo esperamos que la Justicia tome una determinación.”
Informe: Lucas Livchits.