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El Grupo Benetton anunció que en enero concretará la donación de 7500 hectáreas de tierra al gobierno de Chubut, para que éste se encargue de distribuirlas entre pobladores originarios. El ofrecimiento ya había sido planteado a Atilio Curiñanco y a su mujer, Rosa Nahuelquir, quienes fueron desalojados del predio Santa Rosa tras un juicio por usurpación que inició la multinacional. Ellos lo rechazaron argumentando que “nadie puede donar lo que no es de él” y que debía hablarse de restitución o de devolución de las tierras. El mismo criterio expresó el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien además recordó que los Curiñanco-Nahuelquir siguen reclamando las 535 hectáreas del predio Santa Rosa en las que habitaban.
“Hemos optado por la política de lo ‘posible’ con una contribución concreta de cantidad y calidad”, dijo el empresario Luciano Benetton. “Probablemente somos los primeros en hacerlo, pero más que ese reconocimiento nos interesa que también otros puedan contribuir a la solución de un problema secular”, agregó.
El 26 de mayo del año pasado, un fallo judicial le reconoció a Benetton la propiedad de 535 hectáreas que ocupaba una familia mapuche, en el noroeste de Chubut. Tanto Curiñanco como Nahuelquir fueron desalojados del territorio tras esa decisión judicial. Después de ese fallo, Benetton y los mapuches tuvieron un encuentro. La reunión se concretó en la sede de la empresa, en Roma, pero no tuvo frutos porque el titular del imperio ofreció una donación, a lo cual el matrimonio se negó.
Consultado por este diario, Adolfo Pérez Esquivel afirmó que “Benetton dispone de las cosas de las que se cree dueño, pero se trata de tierras que son apropiadas a las comunidades. No vemos en esto nada bondadoso. Me extraña que hace estas publicidades para tener una imagen distinta frente a esta situación que es apropiarse de las tierras”, manifestó.
En este sentido, agregó que los mapuches “reclaman otro tratamiento. Lo que piden es que les devuelva esas hectáreas que les quitó con jueces cómplices, de las que fueron desalojados por la fuerza. Se sigue despreciando a los pueblos originarios y esto es inaceptable. Lo que esperamos es que Benetton, que tiene más de un millón de hectáreas, le reintegre las suyas a esta familia mapuche. Ellos no quieren donación. Benetton se cree que dona por generoso, pero estamos hablando de la restitución de las tierras indígenas”, aseguró.
Las tierras que el magnate quiere donar se ubican a 50 kilómetros del poblado de Gualjaina y a 150 de Esquel, y no son las que originaron el conflicto con la familia mapuche. La multinacional detalló que “el predio será destinado al gobierno con el compromiso de inversión en favor de la población local”. Según explicó Pérez Esquivel, esas tierras “están muy distantes” de las que iniciaron el reclamo de la familia mapuche. Para llegar a ellas hay que “recorrer un camino que dura unas seis horas por un lugar en el que hay muchísima piedra”, comentó.
Pero además ocurre que en las tierras “que ahora quiere donar” el empresario ya viven otras subcomunidades indígenas, con las cuales el matrimonio mapuche “no quiere interferir”. Por otra parte, Pérez Esquivel opinó que “lo peor que puede hacer Benetton es dárselas al gobierno de Chubut, que es el que está vendiéndolas a las empresas”.