Funcionarios nacionales y porteños coincidieron en la necesidad de reducir los índices de contaminación en la cuenca hídrica Matanza-Riachuelo, después de que la Defensoría del Pueblo de la Nación presentara esta semana un informe sobre la “profundización” de la polución en esa zona. El marco elegido para poner el tema “limpieza del Riachuelo” en la agenda oficial fue el acto que encabezó ayer el presidente Néstor Kirchner, en Gualeguaychú (ver páginas 2 a 5). Sin embargo, no hubo anuncios, sólo declaraciones. Si hasta la ex secretaria de Recursos Naturales María Julia Alsogaray, quien incumplió su promesa de limpiar el río en mil días, se dio el lujo de presentar sus excusas. “Quise pero no pude”, dijo (ver aparte).

El gobernador bonaerense, Felipe Solá, afirmó que es necesario “un programa nacional muy grande” para sanear la Cuenca Matanza-Riachuelo, que comprende trece municipios bonaerenses: Almirante Brown, Avellaneda, Esteban Echeverría, Ezeiza, Merlo, La Matanza, Lanús, Lomas de Zamora, Las Heras, Marcos Paz, Presidente Perón, San Vicente y Cañuelas. “La contaminación es un problema más grave en la provincia que en la Capital, pero si no hay un programa nacional muy grande no se puede”, expresó el gobernador.

Uno de los primeros en llegar al acto de apoyo a la presentación argentina en La Haya contra la instalación de las dos plantas de celulosa en Uruguay fue el jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, quien aseguró que el problema de jurisdicción “no puede ser excusa” para limpiar la cuenca Matanza-Riachuelo y opinó que las tareas deben empezar “muy rápido”. “La limpieza del Riachuelo, que es la más emblemática, es compleja por la cantidad de jurisdicciones, pero eso no puede ser excusa para que no ataquemos el problema”, sostuvo.

Quien también dio a conocer su opinión fue el vicepresidente Daniel Scioli. “Es muy importante la conciencia sobre el medio ambiente, en lo que hace a la defensa de la salud, los recursos naturales y el potencial turístico, y hay que motivar a los jóvenes para que defiendan la ecología”, sostuvo.

En tanto, la diputada Silvana Giúdici (radical) aseguró que “sólo falta que el presidente Kirchner se pronuncie y tome la decisión de avalar o tratar un proyecto de ley” sobre el tema, presentado en el Congreso el año pasado. Giúdici, al igual que entidades ambientalistas, vecinales y sanitarias, y las defensorías del Pueblo de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires coincidieron en un reciente informe sobre la necesidad de un ordenamiento sobre la competencia en la cuenca debido a la cantidad de normas que se enciman debido a las múltiples jurisdicciones por las que atraviesa el Matanza-Riachuelo.

El miércoles, el defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, había advertido que “se profundiza” la contaminación en la cuenca Matanza-Riachuelo, en un informe donde se sostiene que en dos años el Estado ni siquiera había elaborado un plan para resolver el problema.

“Nada se ha modificado, no se vieron acciones directas sobre el estado de la cuenca” descripto en el informe de 2003, que había alertado sobre la alta contaminación en la zona, acusó.

Como consecuencia, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, dijo, un día después, que el Gobierno está “trabajando” para sanear la polución en esa zona, aunque se abstuvo de dar precisiones sobre las acciones que se implementan en ese sentido.

En la cuenca Matanza-Riachuelo viven 4,5 millones de personas. Hay trece villas de emergencia y el 65,9 por ciento de los hogares no tiene cloacas, de acuerdo con un relevamiento de la Auditoría General de la Nación.