El miércoles, a la hora del almuerzo, Germán L. estaba solo en su celda. Pidió que lo pasaran con los otros chicos detenidos en la comisaría 20ª de Orán, provincia de Salta, para comer con ellos. “Ante la insistencia lo reunieron con los demás, pero luego inició una protesta de forma verbal. Más tarde, por motivos que no conocemos, empezó a prender colchones”, relató a Página/12 el jefe de policía de Salta, Gilberto Pereyra. El resultado fue la muerte de dos adolescentes presos, otros dos con quemaduras en el 80 por ciento del cuerpo, y la detención de dos policías.

A las 14.50 empezó el fuego en la celda de cinco por 3,5 metros, donde estaban Germán, Fermín F. y David M., de 17 años, y Abraham G., de 15. Veinte minutos después, los bomberos de la localidad rompieron el candado de la reja y sacaron a los cuatro menores. Camino al hospital San Vicente de Paul murió Germán, víctima de las quemaduras. En la madrugada de ayer falleció Fermín, a quien llevaron con sus compañeros al Instituto de Quemados del Hospital San Bernardo en Salta Capital. David y Abraham “se encuentran en grave estado”.

“Hasta hoy (por ayer) nadie me ha explicado nada de lo que le pasó a mi hijo”, dice la madre de Germán, Giberia Luis. Jessica Torrejón, esposa del joven fallecido, que estaba acusado de homicidio, cuenta que “Germán tenía problemas con un sargento de allí y ése era el que estaba de guardia a la hora del incendio”. Se trata de Dilte Cirilo, quien junto a su compañero Carlos Huanca permanece detenido, “sospechados de no haber cumplido con su deber. La jueza está trabajando pera dilucidar cuál fue el grado de responsabilidad de cada uno”, explicó Pereyra, quien agregó que la tragedia “se pudo haber evitado”. Jessica coincide: “Según me contó uno de los chicos que sobrevivió –dice la mujer–, los guardias se bajaron cuando empezó el fuego y solo 20 minutos después llegaron con los bomberos”.

El jefe de la policía provincial dijo a Página/12 que “no pudieron entrar antes porque los presos utilizaron las cuchetas para trabar la reja”. Sin embargo, ni la esposa ni la madre del primer fallecido creen que haya sido así, pues “ellos pedían ayuda y no los atendieron”. Un episodio similar a éste se registró hace un año, también en Orán, pero no en un alojamiento de menores –aseguró el comisario–, sino en otros calabozos”.