La polémica generada en España en torno de la decisión de pesar a las modelos como requisito previo para subirse a la pasarela, en un intento de prevenir los trastornos alimentarios, acaba de llegar a la Argentina con la idea del diseñador Jorge Ibáñez de copiar la experiencia para el desfile que se realizará el 5 de diciembre. El pesaje está presentado como una forma de combatir la anorexia, pero a su vez es criticado porque en realidad respondería sólo a una estrategia de marketing. Y no sería eficaz para el fin declarado. Con esos argumentos, la Asociación Argentina de Modelos presentó ayer una denuncia por considerar que el pesaje “es un acto de discriminación que atenta contra la libertad de trabajo”.

“Es poco serio que Ibáñez encabece esta campaña contra la bulimia y la anorexia que tiene un claro objetivo marketinero”, sostuvo Noé Ruiz, secretaria general de la asociación, a pocas horas de presentar una denuncia ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) y el Ministerio de Trabajo de la Nación.

De todas formas, el rechazo de la organización que nuclea a los trabajadores de la moda no evitó que las 22 modelos seleccionadas para el desfile fueran revisadas por especialistas como requisito indispensable para luego subir a la pasarela. Las jóvenes se subieron a la balanza para conocer su peso y luego los médicos calcularon el índice de masa corporal. Si esa medición, que surge de multiplicar el peso y la altura al cuadrado no daba 18, las modelos no participarían del desfile.

Esta medida fue implementada en septiembre en España en la Pasarela Cibeles, un encuentro que se realiza cada dos años. Aunque en un principio generó críticas, luego fue aprobada por empresarios de la moda de toda Europa. En el caso de la Argentina, la denuncia fue dirigida directamente al empresario de la moda, cuando en realidad la iniciativa del pesaje está acompañada por la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba).

“Si el empresario estuviera realmente preocupado por la situación de las modelos debería acercarse a la asociación, donde tenemos estudios que indican que en los últimos años se registraron sólo dos casos de anorexia y con el tiempo se recuperaron”, destacó. Además, agregó que a partir de estudios antropométricos no se puede determinar si una persona sufre de un trastorno en la conducta alimentaria. “Pesar a las modelos antes del desfile puede tener un efecto hacia afuera, pero no va a solucionar un problema que tiene una raíz psicológica y social”, advirtió. Y criticó el “facilismo” con que se intenta promover una mejor alimentación. “Si las modelos deben prestarse a estos controles, también deberían llegar a promotores, actrices y conductores de televisión que reflejan una imagen a través de los medios de comunicación”.

Para el promotor de esta iniciativa, pesar a las modelos es una estrategia que va incluir en todos sus desfiles para colaborar con la prevención de la enfermedad. “Hay una psicosis generalizada con respecto a este tema. Estamos acostumbrados a ver y aceptar una delgadez que no es normal”, remarcó.

Informe: Elisabet Contrera.