Martes, 20 de febrero de 2007 | Hoy
Un auto incendiado con tres cuerpos incinerados apareció el fin de semana en Mariano Acosta, partido de Merlo. La policía cree que se trata de un hombre que mató a sus dos hijas, de 6 y 9 años, después inició el fuego y por último se suicidó.
El hallazgo de un auto calcinado con tres cuerpos carbonizados adentro y la denuncia de una mujer la noche anterior contra su ex pareja, por el rapto de sus dos hijas de 6 y 9 años, son los dos extremos de una hipótesis con tantas certezas como truculencia. El incendio del vehículo tuvo lugar en un descampado en la localidad de Mariano Acosta, Merlo, el mismo sábado por la noche y fue divisado por los vecinos. Las autoridades investigan en qué situación se produjo la muerte de los ocupantes (se supone que el mayor de los ocupantes disparó contra los otros dos, incendió el auto y luego se suicidó), e intentan determinar la identidad de los tres cuerpos mediante el ADN, análisis antropométricos y odontológicos. Por ahora, lo único que cabe del caso es el horror.
“Primero pensamos que alguien estaba prendiendo fuego a la basura –dijo un vecino del barrio Las Campanillas, al fondo, bien fondo, de Mariano Acosta, partido de Merlo–. Yo tomaba mate con un amigo cuando vimos una tremenda llama”.
El testigo señaló hacia el sector donde había divisado el fuego, que coincide con el lugar donde fue localizado el auto con los tres cuerpos. “Sentimos un terrible olor a goma quemada y mucho humo, y también se escuchaban explosiones”. Según su amigo, las explosiones correspondían al estallido de los neumáticos.
El testigo agregó que no habían visto ingresar en el lugar ningún vehículo. “Como este campo no nos pertenece, no teníamos por qué revisar lo que se estaba quemando”, agregó el amigo del vecino. Después, alguien denunció que se había incendiado un auto y entonces llegó la policía al lugar.
El descampado se encuentra en Viale y Estomba, un sector muy despoblado y alejado del centro de Mariano Acosta. Allí, el domingo pasado, entre las dos y las tres de la tarde, la policía encontró un Fiat Palio completamente incinerado. “En su interior había tres cuerpos –señaló a Página/12 el capitán de la comisaría de Mariano Acosta, Ricardo Beca–. Se están haciendo los estudios para determinar las identidades. Se trata de tomar el ADN y de hacer estudios antropométricos y odontológicos”.
“No había ningún modo de identificarlos exteriormente por el estado en que se encontraban los cuerpos –agregó Beca–. El que se encontraba al volante se deduce que corresponde al cuerpo de un mayor por el peso, de entre 45 y 55 kilos. Después, ubicado junto a éste, en el asiento del acompañante, había un cuerpo más pequeño. Y a los pies del acompañante, como sentado en el piso, un cuerpo más chico todavía”.
Dentro del vehículo, que presentaba sectores de su carrocería fundidos por el calor, los peritos policiales encontraron también un arma, “un revólver calibre 32, con siete cartuchos, algunos de ellos percutados –señaló un investigador–, lo que nos hace presuponer que el mayor disparó a los dos menores, después echó nafta al auto y le prendió fuego, y luego se suicidó”.
Aunque la hipótesis no resulta descabellada, sólo se pudo plantear cuando los investigadores vincularon el incendio del Palio y los tres cuerpos carbonizados con la denuncia que había realizado una mujer la noche del sábado en la Comisaría de La Mujer, en Merlo. Allí se presentó la mujer para denunciar que su ex pareja se había acercado a su casa y había llevado a la fuerza a sus dos hijas. Según los datos que proporcionó, el hombre era remisero, tenía un arma y desde hace un tiempo se habían separado. Sus hijas tenían 9 y 6 años.
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