Dos hombres fueron hallados muertos en una casaquinta de la localidad bonaerense de Chivilcoy. Una de las víctimas, identificada como Miguel Camisa, de 49 años, estaba tirado en el patio delantero de la casa con un balazo en la nuca. El cuerpo de la segunda víctima, que se llamaba Ricardo Surace, yacía en un galpón precario, ubicado en el fondo de la quinta. Fue asesesinado a puntazos con una horquilla. Para los pesquisas, los asesinos tuvieron “mucha saña” y torturaron a una de las víctimas, que fue hallada maniatada, con su rostro tapado con cinta y múltiples cortes en el cuerpo, en especial en el tórax y el cuello. Los investigadores quieren saber si el doble crimen se trató de un ajuste de cuentas o si fue un robo.