Al saber que el tiempo jugaba en contra de la vida de su hermano de 11 años, Nicolás, de 22, decidió salvarlo donándole parte de su hígado. El niño padece una enfermedad congénita llamada mal de Wilson, que le provocó un trastorno hepático agudo. De esta forma, estos dos hermanos protagonizaron el primer trasplante hepático pediátrico con donante vivo del interior del país.

La intervención se realizó el sábado pasado en forma conjunta entre el Instituto Cardiovascular de Rosario y el Sanatorio de Niños de la misma ciudad. El pequeño se encontraba en ese centro de salud desde el 21 de marzo, cuando la enfermedad provocó fallas en su hígado y llevó a las autoridades sanitarias a ingresar su nombre en el programa nacional de trasplantes.

Las esperanzas de la familia de recibir el órgano que salvara la vida del chico se desvanecieron al enterarse de que había tres pacientes en estado de emergencia. En ese momento, se decidió buscar un donante vivo. Al saber que sus padres no estaban aptos para la operación, Nicolás se ofreció para darle parte de su hígado a su hermano.

“El sábado a la tarde apareció Nico y a la noche ya estaban preparados los dos equipos médicos para iniciar la ablación y el trasplante, pero sin la decisión de Nicolás no podríamos haber hecho nada”, comentó Daniel Beltramino, jefe de trasplante hepático del Sanatorio de Niños. Mientras que Nicolás fue dado de alta el lunes pasado, su hermano se recupera de la operación en el sanatorio. “Una vida plena para ambos pacientes”, diagnosticaron los especialistas.