Domingo, 8 de abril de 2007 | Hoy
El ex comisario Angel Casafús hizo una durísima declaración contra la familia García Belsunce. Y los análisis genéticos de la sangre encontrada no coincidieron con ningún sospechado.
Por Raúl Kollmann
El comisario Angel Casafús y el ADN fueron los protagonistas de la semana. El ex jefe policial no se anduvo con chiquitas: dijo que Horacio García Belsunce (h) es un periodista decadente, arrastrado, inútil y tarado; que la familia es mafiosa, planificó con mucho tiempo cómo tapar el crimen, lo usó a él y le “cagó la carrera” y la vida. Paralelamente, como si fuera un oráculo, esta semana había algunos que esperaban que el ADN hablara. Pero no lo hizo. El perfil genético de la sangre de los integrantes de la familia García Belsunce no coincide con el de las manchas en la antecámara a unos pasos de donde mataron a María Marta García Belsunce. Tampoco fue positiva la comparación con los principales sospechosos del crimen. Carlos Carrascosa, el vecino Nicolás Pachelo y los dos vigiladores en la mira, Norberto Glennon y José Ortiz. Tantas idas y vueltas dejan un buen número de interrogantes e hipótesis sobre el caso.
La primera pregunta es si las manchas de sangre tienen que ver con el crimen, lo que a primera vista debería ser sí, pero no es seguro. ¿Por qué en una pared de una especie de pequeño hall de una habitación debería haber sangre? Allí nadie se afeita y si hubo un homicidio, la lógica indica que las manchas están relacionadas. La hipótesis del fiscal siempre fue que MM se defendió con el atizador e hizo sangrar a su agresor. Ningún García Belsunce, ni Pachelo ni los vigiladores fueron vistos con heridas y no se pudo certificar que en el atizador hubiera sangre.
Otra pregunta es por qué aparece la esposa de Pachelo entre los sospechosos en el caso. Los García Belsunce insisten en que Pachelo y los vigiladores fueron sorprendidos por MM robando y que ellos la mataron. En esa línea apuntan a la única persona que no aceptó hacerse el ADN, Inés Dávalos de Pachelo. La mujer dice que salió del country al mediodía y no hay ningún testigo que la haya visto en el Carmel ni cerca de la casa de MM. Los García Belsunce afirman que aparecerán otras pruebas contra Inés relacionadas con el lavado de ropa después del crimen, además de un identikit. Pero la hipótesis, al menos por ahora, no parece sólida.
Un criminalista de renombre que trabajó en la causa afirmó que el homicidio y el robo fueron perpetrados por Pachelo, aunque no en alianza con vigiladores del country. Su hipótesis, puesta por escrito, es que Pachelo entró al country en su auto con una o dos personas escondidas. Pachelo estuvo casi tres años preso y uno de los robos que admitió, en casa de la familia Augé, tenía una particularidad: dos sujetos entraron a mano armada y encapuchados. En su confesión, Pachelo dijo: “Usé dos tipos de Pilar”. En esa línea, la sangre podría ser de dos personas que no aparecieron hasta ahora. El fiscal podría argumentar que Carrascosa o alguno de los García Belsunce metió gente en el club en su camioneta. La debilidad de cualquiera de estas hipótesis es que no hay testigos.
Otra cuestión es si el testimonio de Casafús tendrá peso. Era conocido y así fue declarado por los propios protagonistas que Horacio García Belsunce le pidió a Casafús que no mandara ningún patrullero. También el amigo de los García Belsunce, Sergio Binello, admite haberle pedido al titular del country que no permitiera la entrada de un patrullero al Carmel. A esa hora, todos estaban convencidos de que la muerte de MM había sido un accidente y –según afirman– no querían más drama todavía. Sin embargo, con el correr de la noche, el hermano de María Marta, John Hurtig, insistía con sus dudas y eso llevó finalmente a que la familia le pidiera a su amigo, el fiscal Juan Romero Victorica, que pidiera la asistencia de la policía y un forense. Romero Victorica llamó personalmente a Casafús. Y lo concreto es que el jefe de Investigaciones de San Isidro, Aníbal Degastaldi, y el propio fiscal Diego Molina Pico estuvieron en el velatorio. En ese momento, ambos creyeron la versión del accidente y no ordenaron la autopsia como hubiera correspondido.
Finalmente, ¿es cierto que el caso GB arruinó la carrera de Casafús? No. Como reveló en este diario el periodista Carlos Rodríguez el jueves pasado, el jefe policial fue pasado a retiro en noviembre de 2003, más de un año después del asesinato de MM y en el marco de fuertes críticas por el secuestro del joven Pablo Beluscio. A Casafús se lo acusó de enriquecimiento ilícito por tener tres lanchas, una Ford Ranger y una distribuidora de café con ocho camionetas. El dijo que sólo tuvo una lancha, que ya había vendido, la distribuidora de café con una sola camioneta y la Ford Ranger con un valor de 38.000 pesos.
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