SOCIEDAD

La hora del fallo

El próximo miércoles leerá su veredicto el tribunal que juzga a Carlos Carrascosa por el asesinato de su esposa. Será en muchos aspectos el final de un caso que concentró la atención pública porque conjugó las características clásicas de la novela negra: muerte, poder, dinero, intriga. En otras facetas, será sólo el comienzo. El fallo despertará elogios en unos y críticas en otros. Quiénes son los unos y quiénes los otros es el gran enigma. Aquí, dos periodistas de este diario con visiones contrapuestas despliegan sus argumentos: por qué es culpable; por qué es inocente.

Las pruebas que lo condenan

Por Horacio Cecchi

En tres días, el miércoles 11, si Argentina pasa hoy su examen en los cuartos de final de la Copa América, Carrascosa podría estar gritando los goles de la selección en semifinales si se dan tres coincidencias: la primera es que ese día efectivamente el equipo de Basile haga goles; en segundo lugar, que a Carrascosa lo apasione el fútbol, cuestión que no quedó probada o al menos es una comprobación de dudoso trámite; tercero, que durante el día Carrascosa no sea condenado por cualquiera de las dos acusaciones por las que está imputado: homicidio agravado o encubrimiento agravado.

Las curiosidades, como se sabe, no son materia de derecho, y no condenan. Son sólo curiosidades. En ese extremo, la primera curiosidad es que el caso García Belsunce es un compendio de curiosidades.

- Curiosidad 2: que la causa de muerte real –cinco balazos en el cráneo– no coincida con la causa de muerte informada por los sospechados –accidente en la bañera– no es una curiosidad en los tribunales. Es común que la versión del imputado no coincida. Lo curioso del caso es que la justicia la tome como verdadera desde el inicio (y como justicia incluyo a la fiscalía). La presunción de inocencia es un derecho constitucional, pero la presunción no es certeza y, además, es poco común su aplicación. Las cárceles bonaerenses muestran alrededor de 20 mil ejemplos de presunciones de inocencia entre rejas. ¿Por qué en este caso se aplicó bien y en los otros 20 mil no? ¿Por qué el fiscal Molina Pico, apenas llegado al country, al día siguiente, no acordonó el sector, no convocó a la policía científica, no echó a las 200 personas que acudieron a dar sus condolencias, y no envió el cadáver a la morgue de San Fernando para realizarle una autopsia? La presencia de Romero Victorica, amigo de la familia, fiscal de Casación nacional y con incuestionables contactos en un mundo donde los vínculos pesan o dan la idea de ello es la primera pista. La segunda la dan las necrológicas publicadas en La Nación dos días después del crimen, y que destacan los nombres de quienes estuvieron en el velorio y que el fiscal hubiera debido echar, y sobre quienes hubiera debido pasar para enviar el cadáver a la morgue. No tiene justificación que no lo haya hecho, pero es curioso que la defensa apele a los errores del fiscal como estrategia de defensa, cuando sabe que los errores del fiscal ya fueron investigados por otra cuerda, y fueron rechazados. Y sabe que los jueces no medirán errores sino pruebas, muchas o escasas, pero existentes.

- Curiosidad 3: el absurdo y complicadísimo diseño del accidente de la bañera casi no resiste el rótulo de curiosidad. Lo que sí es curioso es que tanta inteligencia del poder lo haya creído.

- Curiosidad 4: la dama de rosa. Nadie habló de ella hasta que aparecieron los cinco pitutos en la cabeza de MM. Entonces se empezaron a preguntar quién era esa mujer igualita, según dibujó Horacito GB, a la mujer de Pachelo. Creámosle. La mujer, después de participar del crimen, se quedó a controlar la situación, vestida de mucama para que no la reconocieran sus vecinos. Faltó llamar a Lalo Schiffrin.

- Curiosidad 5: Romero Victorica sabía de la versión del pituto pero el día del velorio no le dijo nada a Molina Pico. Lo declaró recién dos meses después en la causa. Habrá quien pueda aceptar que dueños de bancos, agentes de bolsa, abogados y profesionales no tengan el suficiente nivel cultural como para saber que en casos de sangre y muerte hay que llamar a la policía, para decirle todo lo que se sabe. Pero en semejante admisión no entra Romero Victorica.

- Curiosidad 6: que acusaran a Pachelo no tiene nada de raro: ya le temían antes, ya tenían datos sobre sus robos, ya había dado muestras de un carácter particular y, decían, violento. Lo que resulta por lo menos curioso es que si tanto miedo le tenían, por qué no pensaron en él ese 27 de octubre. Cualquiera hubiera creído más en la sospecha sobre Pachelo que en la absurda teoría de las piruetas en el baño, más aún si se tiene en cuenta que ya se hablaba de una bala. La sombra de Pachelo sobrevoló como un monstruo en el caso. Lo interesante es descubrir cuándo lo hizo. Se hablaba de él en las calles de Carmel antes del crimen, con intensidad. Y después de la autopsia, públicamente y con mucha más intensidad todavía. Curiosamente, nadie lo mencionó en el medio, mientras duró la versión del accidente en la bañera. Claro, no cerraba. Quién hubiera sacado la policía de encima.

- Curiosidad 7: las declaraciones del comisario Casafuz, receptor de la llamada de HGB, la famosa “sacame a la policía de encima”. Casafuz dijo que HGB había actuado su dolor, en el juicio lo trató de mentiroso y sugirió la posibilidad de que se hubiera tramado todo.

- Curiosidad 8: en el mismo tren de curiosidades con la policía, casi sugerente es la conversación telefónica desgrabada entre Viviana Binello y su marido, Sergio (uno de los imputados por encubrimiento). Fue pasada en el juicio oral el 17 de mayo pasado. Viviana le dice que “desde anoche están diciendo los medios que Tito (White, el presidente de Carmel) recibió la llamada de un vecino para que coimee a la policía. ¿Fuiste vos?”, y se escucha a Sergio responder, “Sí”. “Ah, bueno, asesorate con un abogado”, le recomendó ella. “Ya lo hice”, respondió él. Curiosa la actitud de ambos. Habrá que recordar que es una conversación entre ellos; que se produjo el 18 de diciembre de 2002, 16 días después de la autopsia y una semana después de que saltara el caso a los medios. ¿Por qué pidió coimear la policía, según se escuchó a Viviana y él admitió, si era la oportunidad para acusar a Pachelo? ¿Por qué encubrirlo? ¿En las familias más poderosas se privilegia evitar el escándalo antes que perseguir al asesino de la esposa o de la hermana? ¿Qué tipo de escándalo?

- Curiosidad 9: aunque se discuta la presencia de La Gotita, resulta altamente curioso que a la pericia clave para determinar su presencia, una pericia química, la defensa, a la que no le faltaron recursos económicos ni contactos, no haya enviado un perito químicopara realizarla. ¿Acaso se previó que un experto hubiera debido convalidar con su firma lo imposible de evitar y no se hubiera podido sembrar dudas sobre la validez de la pericia después, como efectivamente se hizo?

- Curiosidad 10: la defensa puso a una eminencia como Raffo a discutir el modo en que se realizó la autopsia, sin haber participado de ella. Y lo curioso es que hizo hincapié en la contaminación de la autopsia para explicar la presencia de ciano, el componente de La Gotita. “Se podría haber contaminado con cualquier cosa”, dijo en el juicio mientras la imagen mostraba a un forense pisando sobre la mesa de autopsias, y sugiriendo que el ciano cayó en la piel de MM de ese modo. El argumento no resultó sólido. Raffo no es químico. No hubiera tenido argumentos para discutir al experto en química llevado por la fiscalía.

- Curiosidad 11: en 13 minutos se concentra la mayor cantidad de pruebas de un caso que llevó casi cinco años, entre las 18.59 con Michelini en la guardia y las 19.12 en la llamada por la segunda ambulancia.

- Curiosidad 12: el estado atlético que Irene Hurtig tenía para la fecha es indiscutible. En tres minutos subió escaleras, vio a MM en el piso, bajó, corrió tres cuadras, tocó el timbre de Zancoli, esperó, volvió a correr y llamó por teléfono. Esas acciones la sacan de la escena a las 19.07 y la vuelven a la hora en que se registra su llamada de las 19.11.

- Curiosidad 13: el esfuerzo de la familia por meter a Bártoli en la escena después de que fue inevitable que quedara metido por las pericias del audio de la llamada clave de las 19.07. Antes, nunca fue mencionado. Carrascosa dijo que en su primera llamada sólo estaba Michelini. Y que Bártoli llegó después. Pero Michelini estaba en la guardia a esa hora. Y Bártoli aparece en la desgrabación con una mujer. A esa hora, para que no sea la voz de Irene, debería cumplirse la curiosidad atlética, la 12.

- Curiosidad 14: el papel de la querella defendiendo a Carrascosa, el lapsus geográfico del primer día cuando se sentó junto a la defensa.

- Curiosidad 15: después de tanto esperar, en el juicio nadie acusó a Pachelo. Ni pidió que se lo investigara.

- Curiosidad 16: dicen que el móvil y no haber visto a Carrascosa disparar el arma aporta en su defensa. Los especialistas dicen que es cierto, aunque otros recuerdan el caso Bru, por ejemplo, en el que nadie vio a los policías torturar al chico, ni matarlo, ni arrojarlo a algún lugar donde todavía no apareció. El testimonio clave, en ese caso, lo dieron los presos y una prostituta. Y la pericia clave la dio un experto, Luis Ferrari, el mismo que en el caso Belsunce determinó la presencia de La Gotita. En aquellas pruebas se basó el tribunal platense para condenar a perpetua a tres policías.



Las pruebas que lo absuelven

Por Raúl Kollmann

Por lo visto en el juicio oral, el fallo del próximo miércoles no sólo debería absolver a Carlos Carrascosa sino que, además, tiene lógica que el tribunal ordene una investigación sobre el sospechoso vecino, Nicolás Pachelo, y varios de los vigiladores del country, porque existen abrumadores indicios en su contra. El crimen de María Marta no debe quedar impune y esa hipótesis –la del vecino y los vigiladores– o cualquier otra deben ser investigadas por uno o más fiscales. Pero, además, como ya ocurriera en el caso AMIA, los jueces tendrían que denunciar también al propio fiscal Diego Molina Pico por lo que fue una investigación plagada de irregularidades y absolutamente parcial.

Ni el propio fiscal ni sus más cercanos colaboradores creen que el viudo Carlos Carrascosa vaya a ser condenado. Todos ellos ya saben, al igual que los que siguieron el juicio, que en las audiencias no pudieron aportar una sola prueba que involucrara a Carrascosa con el asesinato de su esposa. Es más, el fiscal pidió, casi como premio consuelo, que al viudo lo condenen por encubrimiento. Sin embargo, la mirada debería ir más allá de la cuestión judicial. Por ello, como antesala del fallo, parece imprescindible responder a varios interrogantes:

1

¿Aparecieron elementos que apunten a Carrascosa como autor del asesinato?

–No. No existió en el juicio ni antes del juicio un solo testimonio de que Carrascosa tuviera una relación conflictiva con su esposa. Nadie presenció jamás una pelea, nadie vio nunca al viudo con un arma y, por supuesto, no existe indicio alguno de que Carrascosa haya estado en el lugar del crimen en el momento en que se produjo.

2

¿Se encontró alguna razón, algún móvil, por el que Carrascosa habría cometido el homicidio?

–No. El fiscal estuvo cuatro años diciendo que hubo una disputa por dinero sucio del cartel mexicano de Juárez. En el juicio no pudo aportar una sola prueba y terminó borrando al cartel de su alegato final.

3

¿Tan importante es el
móvil del crimen?

–Los criminalistas y juristas coinciden en que si una persona es sorprendida con un arma humeante en la mano, es decir que existe una prueba lapidaria contra el autor, el móvil es secundario. Pero cuando no existe evidencia categórica contra un supuesto homicida, el móvil es muy importante, decisivo. En este caso tiene todavía mucho más relevancia porque se da una situación sin antecedentes: todos los familiares, incluyendo el padre y la madre de MM, están con Carrascosa. Ninguna madre y ningún padre defienden al yerno frente al asesinato de una hija. Para esquivar semejante hecho, el fiscal salió con la idea del Cartel de Juárez: todos comprometidos con dinero sucio, incluyendo a MM. Eso quedó destrozado, hasta por el juez que investigó al Cartel en la Argentina.

4

¿Pero entonces el fiscal
no se asienta en ninguna prueba?

–En la medida en que se fue quedando sin evidencia, Molina Pico elaboró una teoría que nunca había planteado en los cuatro años transcurridos desde el crimen. Que Carrascosa y sus cuñados, Irene Hurtig y Guillermo Bártoli, estuvieron solos en la casa, no había llegado la masajista, y mataron a MM. La masajista declaró cuatro veces durante la instrucción y en todas dio la misma versión: llegó a la casa cuando sólo estaba Carrascosa. Como vio al viudo paralizado por el horror, prácticamente le ordenó que llamara a lo de Bártoli y a los pocos instantes llegó primero éste y luego su esposa, Irene. Molina Pico intentó armar un esquema horario sobre la base de la declaración de dos vigiladores que, si Carrascosa sale absuelto, estarán en la mira de una nueva investigación sobre el asesinato.

5

¿Hubo un primer intento
de tapar el crimen?

–Cuando se encuentran con María Marta tirada en el baño, Irene sale a buscar médicos. Va corriendo a la casa del doctor Zancolli, llama por teléfono a los doctores González Zuelgaray y Cassagne. No encuentra a ninguno, aunque todas las comunicaciones están probadas. Finalmente decide ir a buscar a un estudiante de quinto año de medicina, Diego Piazza. Carrascosa, por su parte, llama a dos ambulancias que, obviamente, llegaron con dos médicos desconocidos para la familia. Cualquier criminalista se da cuenta de que no es la actitud de alguien que trata de tapar un homicidio.

6

¿Cómo no se dieron cuenta de que MM
tenía cinco disparos en la cabeza?

–En el juicio quedó categóricamente demostrado que no se veían los disparos en la cabeza de MM. El prestigioso forense Osvaldo Raffo exhibió en el juicio el video de la autopsia que le hicieron a la víctima. Se escucha claramente el diálogo entre los dos forenses, designados por el fiscal, que estaban haciendo la autopsia. Uno le dice al otro: “Acá debe haber golpeado una canilla, en este otro lado, la otra canilla”. Es decir, los médicos que trabajaron sobre el cuerpo de MM, ya con el pelo sacado, no se dieron cuenta de los balazos hasta que abrieron el cráneo. Mucho menos pudieron percibir Carrascosa y los otros familiares, que vieron a MM con el pelo tapándole la zona por la que entraron los disparos. Quedó probado en las audiencias que los dos médicos de las ambulancias no vieron los disparos, no alertaron a la familia, no llamaron a la policía, no le hicieron comentario alguno a sus compañeros de la ambulancia ni hicieron un informe a las empresas de emergencia revelando que vieran disparos.

7

¿Y la frase “sacame
a la policía de encima”?

–En las horas que siguieron a la muerte de MM, la familia estaba convencida de que todo fue un accidente. Por eso intentó, equivocadamente, mantener la privacidad y evitar la presencia policial. Sin embargo, fue la insistencia de uno de sus miembros, John Hurtig, el que sembró dudas sobre lo ocurrido. Eso llevó a que, por iniciativa de los García Belsunce, fueran convocados a la casa el jefe de Investigaciones, comisario Aníbal Degastaldi, y el propio fiscal, Molina Pico. Ambos estuvieron a centímetros de MM, no vieron nada, ni siquiera ordenaron la autopsia.

8

Para que no se notara nada, ¿le pusieron pegamento para
cerrar los orificios de bala?

–Esto quedó sepultado en el juicio. Raffo demostró con las imágenes de la autopsia que los orificios no estaban tapados y, además, explicó que el pegamento no hubiera cerrado un agujero circular como el de una bala.

9

Tiraron el pituto al inodoro.

–Quien lo tiró fue John Hurtig, por lo cual ni siquiera Carrascosa puede ser imputado. Pero justamente fue Hurtig el que insistió en que la hipótesis del accidente no le cerraba y el que impulsó la presencia judicial y policial. Quienes vieron el pituto creyeron que era un elemento que habían dejado los médicos de las ambulancias. Fue también Hurtig el que le contó al fiscal la existencia del pituto, de lo contrario nunca lo hubiera sabido ni se habría encontrado.

10

¿Hay elementos para acusar a Carrascosa por encubrimiento, por intentar tapar el crimen?

–Los hechos demuestran que no. La familia llamó a tres médicos, un estudiante de medicina, dos ambulancias, al fiscal y a un jefe policial. Quien pretende tapar un asesinato evita que mucha gente, sobre todo expertos como médicos, fiscales y policías, se acerquen al cuerpo ya que podrían detectar el delito. Aquí ocurrió lo contrario: convocaron a todos. No taparon nada.

11

¿El crimen de MM va

a quedar impune?

–Existe una gran chance de esclarecerlo, pese al tiempo transcurrido y las gravísimas irregularidades cometidas por el fiscal. Es imperioso investigar la hipótesis de que MM estaba jugando al tenis, empezó a llover, volvió sorpresivamente a la casa y se encontró con Pachelo y/o los vigiladores robando. Eran tiempos del corralito y se pensaba que tenían millones ocultos. Como ella los conocía a todos, la mataron. Pachelo salió en septiembre pasado de la cárcel después de cumplir casi tres años en prisión por ocho robos en viviendas de sus vecinos y sus mejores amigos. En una de esas casas, entraron a mano armada. Ante las pruebas categóricas, Pachelo terminó confesando la mayoría de los robos. Varios de los vigiladores del country también confesaron que robaban en las casas. Pachelo dijo que no estaba en el country a la hora del crimen: quedó demostrado en forma categórica que sí estaba. Lo vieron trotando muy cerca de la casa de MM minutos antes del homicidio.

12

¿Debe el fallo mencionar
al fiscal Molina Pico?

–Es obvio que este Tribunal no puede tomar ninguna determinación respecto del fiscal. Pero como ocurrió con el Tribunal Oral del caso AMIA, en el fallo final dejó en claro su opinión sobre las maniobras e irregularidades cometidas en el expediente. En el caso García Belsunce hubo de todo: anónimos que se usaron como prueba, evidencias falsas, maniobras con la cuestión del pegamento, hipótesis que intencionadamente no se investigaron. Habrá que ver si el Tribunal tiene o no la óptica de que el Caso García Belsunce fue un escándalo judicial.

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