Tres años transcurrieron desde el momento en que Luis se enteró de que necesitaba un trasplante de pulmón para continuar con su vida, marcada por los ritmos de la creatividad y la expresión artística. “Nadie se imagina lo desesperante que es esperar una llamada del Incucai”, contó Patricia, la compañera de vida que encabeza una campaña para salvar al padre de su hijo, el artista plástico Luis Freisztav “El Búlgaro”. El tiempo se acortó drásticamente. Luis está internado en la terapia intensiva del hospital porteño María Ferrer y necesita en forma urgente un pulmón que le permita desconectarse del respirador artificial que lo mantiene vivo.

Las señales de que la salud de Luis no estaba bien se vieron por primera vez hace unos años cuando quedó internado con neumonía en Nueva York. Allí había viajado para participar de una exposición de escultura, expresión del arte en la que se inició armando figuras de animales grotescos y desamparados con alambres que recolectaba en baldíos del Abasto. Su vida y trabajo artístico estuvieron marcados desde ese momento por sucesivas internaciones a raíz de un enfisema pulmonar. “Siempre siguió trabajando. Antes de la internación estaba haciendo piezas en cerámica. Una de ellas está en proceso de secado”, contó Patricia Koremblit, su pareja.

En noviembre de 2004, ambos sabían que su vida dependía de un trasplante unipulmonar. Desde ese día, una manguera de oxígeno le permitía salir de su habitación para ir al taller, armado en el fondo de su casa, en La Paternal, y una mochila de oxígeno le daba la chance de traspasar el umbral de su casa. “Hasta que lo internamos, se sentía libre creando en su taller, transformando su dolor y su tragedia en una obra”, cuenta Patricia.

La salud de Luis no puede esperar más. Se encuentra en urgencia nacional en la lista del Incucai. Como una forma de ayudar al artista, Patricia, junto a un grupo de amigos y artistas plásticos reconocidos, lanzó una campaña para solicitar un gesto de solidaridad y generosidad a la sociedad. “La gente tiene que tomar conciencia de que hay que donar los órganos, transformar el dolor que genera la pérdida de un ser querido en una esperanza de vida”, destacó la esposa del artista. “Un pulmón para El Búlgaro”, se titula la solicitada firmada por Marcia Schvartz, Roberto Fernández, Eduardo Stupia y Marta Dillon, entre otros.