Al menos dos muertos, decenas de heridos, miles de damnificados, cientos de refugiados y cuantiosos daños materiales dejó hasta ahora un fuerte temblor de 7,7 grados de magnitud que sacudió ayer el norte de Chile y dañó numerosas ciudades. El temblor provocó cortes de energía eléctrica e interrupción en las comunicaciones y las líneas de telefonía móvil quedaron saturadas, por lo que se hacía difícil la recabación de informaciones.

“Hay dos personas fallecidas, ambas mujeres”, dijo la directora de la Oficina Nacional de Emergencias del Ministerio del Interior (Onemi), Carmen Fernández. Informó además que las mujeres murieron en la pequeña ciudad de Tocopilla, 1632 kilómetros al norte de Santiago y cercana al epicentro del temblor. Autoridades regionales informaron que hay al menos 45 lesionados, la mayoría de ellos heridos por golpes, caídas o desprendimientos de materiales sólidos. Informes de prensa señalan que habría más de cien heridos.

Las localidades que más daños materiales presentan son Tocopilla, Quillagua y María Elena, cercanas al epicentro del sismo. “Es un milagro que no haya víctimas” en la pequeña ciudad de María Elena, una de las más afectadas por el temblor, dijo su alcalde, Jorge Godoy. Allí, alrededor de 150 familias de la población compuesta por 7000 habitantes se refugian en los dos colegios existentes, adaptados como albergues.

La energía eléctrica se mantiene cortada y el sistema de agua funciona parcialmente. Las fachadas de las viviendas presentan grietas y en el hospital del lugar también se observan daños. Onemi informó además que unos 50 trabajadores quedaron aislados después de que un túnel ubicado entre Tocopilla e Iquique se cortara. Los trabajadores estaban a salvo y esperaban ser rescatados por la mañana de hoy.

El epicentro del sismo estuvo ubicado a 35 kilómetros al este de Tocopilla, donde quedaron unas 4000 personas damnificadas y 1200 viviendas destruidas, según su alcalde, Luis Moncayo.

El Servicio Geológico estadounidense informó por su parte que el temblor tuvo su epicentro a unos 60 km de profundidad. Además afectó la actividad minera, que se concentra en el norte de Chile con la extracción de cobre, que estuvo interrumpida por algunas horas debido a cortes eléctricos.

El aeropuerto de la ciudad de Antofagasta, 1200 kilómetros al norte de Santiago, sufrió daños en su pavimento que obligaron a evacuar la terminal. En esa misma ciudad la cornisa de un hotel se cayó sobre varios autos, sin dejar víctimas. El sismo temblor sacudió el sur peruano aunque con menor intensidad, sin víctimas ni daños materiales.

Casi al mismo momento también se sintió un movimiento, con una intensidad de 4,5 grados, en una amplia zona de San Juan, Córdoba y Mendoza, pero no se habían reportado heridos ni daños materiales. El Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) precisó que el epicentro del movimiento fue a 55 kilómetros en dirección este-sudeste de la ciudad de San Juan, en la Sierra de Pie de Palo.

El sismo se sintió a las 11.53 de ayer precisó el Inpres, que tiene su sede en la capital sanjuanina. El movimiento fue especialmente fuerte en la ciudad de Mendoza, donde minutos después aún se sentían réplicas, pero también lo percibieron los sanjuaninos, en varias localidades de la provincia, y los cordobeses, sobre todo en los edificios más altos de la Capital.

En un comienzo, en Mendoza se suponía que el temblor podía ser consecuencia del terremoto de 7,7 grados en la escala de Richter producido 10 minutos antes en Antofagasta, Chile, a más de 1800 kilómetros al norte. Pero el epicentro del temblor en Argentina fue a una distancia mucho menor.