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Las mujeres tienen cada vez más opciones para prevenir un embarazo no deseado. Nuevos anticonceptivos, que en un futuro cercano podrán adquirirse en el país, están revolucionando los mercados europeo y norteamericano. La tendencia es ofrecer vías alternativas de administración de larga acción contraceptiva para evitar uno de los principales problemas de las pastillas: olvidárselas. Las novedades van desde unas pequeñísimas varillas que se colocan debajo de la piel en el pliegue del codo y tienen una duración de entre 3 y 5 años, según el producto, hasta un anillo vaginal que debe renovarse una vez por mes y parches que se cambian semanalmente. En relación a las tradicionales píldoras, también hay buenas noticias: se lanzó una pastilla con una hormona que tiene acción diurética, evita el aumento de peso y reduce otros efectos colaterales molestos (ver aparte). Los últimos avances en materia de control de la natalidad, que aquí se detallan con sus ventajas y desventajas, será uno de los temas de debate de las II Jornadas Argentinas de Anticoncepción que comienzan mañana en Buenos Aires.
“El tercer milenio en materia de anticoncepción está basado en dos propuestas: por un lado, la aparición de nuevos productos hormonales, y por el otro, la posibilidad de contar con métodos por un largo período que se administran por vías alternativas”, señaló a Página/12 Jorge Charalambopoulos, jefe del Consultorio de Procreación Responsable de la Maternidad Sardá y coordinador del Comité Científico de las Jornadas organizadas por la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción (Amada).
Uno de los últimos métodos en salir a la venta en los Estados Unidos es el anillo vaginal, al alcance de las norteamericanas desde julio. Tiene un diámetro de 55 milímetros y un espesor de 4. En su interior contiene las mismas hormonas de las píldoras (estrógenos y progestágenos), que se van liberando diariamente en la vagina. “Esto hace que sea ventajoso para aquellas mujeres que tienen problemas gastrointestinales, ya que las hormonas pasan de la mucosa vaginal al torrente circulatorio, sin pasar por el estómago”, explicó Charalambopoulos. Su efecto es mensual. Se coloca durante tres semanas y en la cuarta se descansa. “Si se quiere se puede sacar durante dos horas para tener relaciones sin que se pierda su acción. Es tan efectivo como la píldora anticonceptiva”, aclaró el especialista. En Argentina, todavía no está disponible, pero se estima que en uno o dos años podrían empezar a venderse.
El que si está aprobado aquí –desde el año pasado–, aunque aún no está en las farmacias es uno de los implantes subdérmicos. Se trata de una varilla pequeñita, cuyo nombre comercial es Implanon, que “se coloca debajo de la piel, generalmente en el brazo, por encima del pliegue del codo y dura 3 años”, indicó Charalambopoulos. Hay otras varillas que se aplican de a seis por vez o de a dos, que tienen efectos por 5 años. “La ventaja es que tiene una acción prolongada como el DIU, no existe el riesgo de olvidárselo como en el caso de las pastillas, y su eficacia es mayor que éstas; además produce menos sangrado que las menstruaciones naturales y no contiene estrógenos. La desventaja es que su aplicación y extracción dependen del médico; requiere un pequeño corte de dos milímetros para sacarlo, y en algunas personas con problemas de cicatrización puede dejar alguna marca”, detalló.
Otra de las novedades es el parche anticonceptivo que se empezó a vender en Estados Unidos en los últimos meses. Por mes, se requieren tres parches: uno por semana, y en la última –como en el caso del anillo y las píldoras– se descansa. Contienen la misma carga hormonal que las pastillas tradicionales, son de color piel, de unos 4,5 centímetros de diámetro, y se pueden pegar en la cara externa del brazo, la espalda, en el glúteo o debajo del ombligo. “Su efectividad es del 99 por ciento. En un 20 por ciento de las mujeres produce una ligera reacción cutánea, pero de ellas apenas el 2,5 tuvo que dejar de usarlos por ese problema”,explicó Charalambopoulos, para quien el próximo paso será la anticoncepción a través de la inmunología.