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Drospirenona. Así se llama la sustancia que inauguró la cuarta generación de anticonceptivos hormonales y ya se está usando en píldoras que se venden en Europa y Estados Unidos. “Es un gestágeno diferente de los que se usaron hasta ahora en los anticonceptivos hormonales para inhibir la ovulación. Deriva de la espirolactona y se venía usando como diurético y antiandrógino. Sus ventajas son que evita la retención hídrica y de esta forma la mujer no aumenta de peso y por otra parte, no le genera acné ni crecimiento de vello como puede ocurrir con otras píldoras”, explicó a Página/12 Eugenia Trumper, jefa del servicio de Adolescencia del Hospital Rivadavia y una de las organizadoras de las II Jornadas Argentinas de Anticoncepción. El laboratorio que la fabrica es Schering, quien indicó que en “corto plazo” comenzará a comercializarla en el país, aunque no dio mayores precisiones. “Mantiene la misma eficacia que las píldoras tradicionales y tiene menos efectos colaterales”, añadió Trumper.