Jueves, 6 de diciembre de 2007 | Hoy
SOCIEDAD › EXPLOSION E INCENDIO EN UNA FACULTAD DE RIO CUARTO
Al menos 24 alumnos y docentes heridos, diez graves y dos de ellos en estado crítico, luego de la explosión de quince tambores de hexano en una planta de la Facultad de Ingeniería de la UNRC.
Una serie de explosiones iniciadas a media mañana, en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Río Cuarto, provocaron un incendio que dejó un saldo de 24 heridos, diez de ellos de gravedad y dos en estado crítico. La serie de explosiones –según versiones fueron entre 9 y 12– se produjeron en una planta piloto de la facultad y desataron el pánico en todo el campus universitario, al punto que muchos alumnos de otras facultades abandonaban los edificios por las ventanas. La planta incendiada está ubicada a espaldas de una guardería para hijos de docentes y de alumnos que fue totalmente evacuada sin que se registraran víctimas. Según las primeras versiones de los bomberos, los estallidos fueron originados en unos quince tambores de hexano, un derivado del petróleo utilizado como diluyente y de altísima inflamabilidad. Además de las pericias legales, las autoridades de la UNRC iniciaron una investigación administrativa, ya que dijeron desconocer la existencia de los tambores con hexano.
Por el momento, la versión pública más cercana a lo ocurrido parece estar en boca de un alumno de Microbiología, Deán Fernández, que trabaja en el mismo galpón donde se produjeron los estallidos, pero en el otro extremo. Fernández describió la primera explosión. “Desde hace unos veinte días había entre 12 y 15 tachos (de alrededor de 200 litros cada uno) de hexano. Con una grúa estaban levantando uno de los tambores y se cayó. Se derramó el líquido y, como es altamente volátil e inflamable, se desató una explosión en cadena. Por suerte, estaba la puerta grande abierta y muchos salieron por ahí”, aseguró Fernández.
Cuatro dotaciones de bomberos combatieron el incendio con mucha dificultad hasta que lograron dominarlo. “La Universidad tiene mecanismos de seguridad, pero algo falló”, aseguró Javier de Olmos, jefe de los Bomberos Voluntarios de Río Cuarto.
Las escenas de pánico desatadas entre estudiantes y docentes, aun cuando no pertenecieran al mismo edificio siniestrado, fueron confirmadas por el jefe de los bomberos, quien describió cómo muchas personas se arrojaban por las ventanas de pisos superiores con tal de ganar las calles interiores del campus. Algunos alumnos se quejaron ante las cámaras de televisión presentes porque consideraron que la UNRC no ofrecía la suficiente seguridad, aunque el rector de la misma, Oscar Spada, sostuvo que la planta piloto “es relativamente nueva y respeta las normas de higiene y seguridad. Se hacían extracciones de aceites vegetales, de plantas aromáticas y oleaginosas, y todos los que trabajaban en el interior son docentes y especialistas químicos, gente experimentada”.
“Hay que preguntarse por qué estaban esos tambores allí”, dijo De Olmos. También describió que el “hexano se utiliza para el biodiésel, pero todavía no tenemos explicaciones muy claras sobre cómo lo utilizaban acá. El trabajo de investigación que hacían estaba vinculado con la Aceitera General Deheza”, agregó De Olmos.
Tras las explosiones, y apenas se pudo articular un mecanismo de emergencia, se tuvo noción de la cantidad de víctimas. En el nuevo hospital de Río Cuarto, en forma casi inmediata ingresaron nueve personas con diferentes grados de quemaduras, pero esperaban un total de dos docenas. La décima víctima derivada con mayor urgencia fue internada en la Clínica del Sur, de la misma localidad. El resto de los heridos presentaban cuadros leves de quemaduras o principio de asfixia a causa del humo y fueron derivados a la Dirección de Salud de la UNRC. El rector Spada, pasado el mediodía, pidió tranquilidad al alumnado y dispuso el asueto para toda la universidad.
Más tarde se informó que cuatro de los diez heridos más graves habían sufrido quemaduras importantes y al menos dos de ellos tenían el 50 por ciento de su cuerpo quemado y fueron derivados a un centro de mayor complejidad de la ciudad de Córdoba. El ministro de Salud provincial, Oscar González, que viajó a Río Cuarto en el avión de la gobernación luego de ocurrido el siniestro, dijo que estas personas “están en situación delicada y tienen más del 50 por ciento del cuerpo quemado”, informaron medios locales.
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