Jueves, 6 de diciembre de 2007 | Hoy
Los empleados fueron recibidos por Tomada. Hubo un compromiso de la empresa de frenar los despidos y participar hoy en una reunión conjunta. El Gobierno negó haber ordenado la represión.
Luego del violento desalojo de la Prefectura en la noche del martes, los empleados del casino flotante de Puerto Madero aprovecharon el enojo y se plantaron ayer desde el mediodía frente al Ministerio de Trabajo. Allí reclamaron la intervención de esa cartera en el conflicto que dejó a más de 80 personas sin trabajo. El ministro Carlos Tomada los recibió, escuchó los planteos de los trabajadores y aprovechó un cuarto intermedio para comunicarse con los representantes de la empresa. Hubo un compromiso de la empresa de frenar los despidos y la convocatoria a una reunión para hoy. De todos modos, los empleados volvieron a instalar el piquete frente al casino.
En la reunión con Tomada estuvieron seis representantes de los trabajadores, el diputado Eduardo Macaluse y los dirigentes Luis Zamora y Gerardo Romagnoli, además de Néstor Pitrola, del Partido Obrero. “Tomada obtuvo el compromiso de detener los despidos porque siguen llegando telegramas”, contó Pitrola y adelantó que hoy, a las 17, habrá un nuevo encuentro en el ministerio con la participación de la empresa. “Es un paso muy importante –evaluó–, por primera vez el Gobierno da la cara. Además, Tomada se comprometió a intervenir en caso de que no se presenten a la mediación.”
Pasadas las 16, los manifestantes se dirigieron nuevamente al casino para retomar el piquete que, según aseguraron desde el Ministerio del Interior, fue reprimido sin mediar orden alguna de Aníbal Fernández. Los responsables del hecho, prometieron Tomada y Fernández, recibirán el castigo correspondiente. El ministro del Interior cuestionó la reacción de la Prefectura, que cargó a los golpes y con gases contra los trabajadores. Ayer, un prefecto se encontraba en estado “gravísimo” a raíz de las heridas recibidas en los incidentes.
Anoche, los empleados del casino hicieron una asamblea informativa en la que también se decidiría reeditar hoy la marcha frente al Ministerio de Trabajo, ubicado en Leandro N. Alem al 600.
Por su parte, fuentes cercanas a Tomada afirmaron que el ministro llamó a “encauzar el conflicto” entre ambas partes. El fin de semana pasado se habían sumado 24 telegramas de despidos como represalia por un paro de actividades realizado días antes. Hace más de un mes, esta disputa tuvo su primer pico de tensión cuando se enfrentaron dos gremios que intentan tomar las riendas de la negociación. Se trata del Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar (Aleara), encabezado por el diputado porteño por el macrismo Daniel Amoroso, que varias veces se despegó de las medidas de fuerza de los empleados y optó por denunciar ante la Justicia a sus colegas del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), luego de los incidentes durante una asamblea de Aleara.
Tras esos incidentes, que dejaron al menos siete heridos, la empresa despidió a 69 personas. En ese momento, los empleados dijeron a Página/12 que se sentían “ensanguchados”. La mayoría de ellos, unas 1500 personas, están afiliados a Aleara y reconocen que este sindicato no tiene pretensiones de intervenir a favor suyo en este conflicto, que incluye demandas salariales y reducción de horas de trabajo.
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