Aún nadie puede ponerles un nombre. Después de tres días de búsqueda, la Unidad de Investigaciones Fiscal Nº 3 de La Plata obtuvo un primer informe del rastreo en Los Naranjos. El fiscal Marcelo Martini confirmó que los huesos son humanos y de por lo menos tres personas distintas, aunque podrían ser cuatro. El más joven tiene un orificio de bala en el cráneo, pero éstos son los únicos datos. Ayer se encontraron más proyectiles en el agua del canal y restos de una Mauser. Durante el operativo en la zona, los peritos dragaron el arroyo y le sacaron el agua porque hoy se harán nuevas excavaciones en seco.

La búsqueda en Los Naranjos que empezó el sábado con la denuncia de un pescador y movilizó a la policía de la provincia y a los medios. Todo el mundo corrió convencido de que podía tratarse una vez más de los restos de Julio López. Luego de las primeras horas, esa posibilidad se descartó porque los huesos tendrían más de tres años, pero nadie se animó a descartar mucho más. Entre otras opciones, la fiscalía evalúa un abanico que va desde la opción de que sean restos de desaparecidos o de maleantes.

En las primeras horas, la policía recogió dos trozos de cráneo, costillas y vértebras; los eslabones oxidados de una cadena y restos de ametralladora UZI y una bala 38 intacta. Con peritos de la Procuración General, la Policía Científica ayer repitió la búsqueda por una orden de Martini. Levantó “bastantes” proyectiles esta vez de distinto calibre, algunos correspondientes a la UZI, varios ubicados a 20 o 30 centímetros de profundidad y localizados con detector de metales. También prepararon el suelo para volver hoy para buscar más huesos.

Tras los primeros cotejos con los peritos, la fiscalía tuvo ayer algún resultado: que los huesos son humanos y que pertenecen a por lo menos tres personas. Una de ellas está representada por una vértebra y las otras dos por partes de cráneo. Aunque no se saben sus sexos, se determinó que la vértebra, por ejemplo, pudo ser de un adulto de más de 40 años, por los rastros de osteoporosis y artrosis. Un cráneo, en cambio, pudo ser de alguien “relativamente joven” por el estado de las soldaduras de los huesos. Ese mismo trozo contiene, además, un orificio de entrada perforado con lo que muy probablemente podría ser el impacto de una bala. En ese caso podría tratarse de un hombre. Sobre el último trozo de cráneo todo es más incierto. Como tiene un corte tipo casquillo a la mitad, casi perfecto y como “serruchado”, no se descarta que pudo haber sufrido una autopsia.

En todos los casos, la constante es que los huesos tendrían más de tres años. Eso acentúa la posibilidad de que no sean de López, pero la presencia del trozo de cráneo “más joven” y el lugar parecen no permitir descartar la remota opción de que sean de Miguel Bru. El estudiante de periodismo de La Plata torturado en la comisaría 9 y desaparecido desde 1993 vivía a dos cuadras del canal. Sólo por eso su madre Rosa Schonfeld se mantiene atenta, presente en los lugares y muy cauta.

En las próximas horas, la fiscalía va a analizar el armamento con un perito balístico. Intentan ver si se puede arrojar alguna precisión sobre las fechas. Tanto la UZI que se encontró el primer día como la Mauser parecen muy viejos pero son simbólicos. La UZI era un arma que usó la policía hasta hace unos treinta años. Después hubo una camada nueva de ametralladoras, pero no se sabe si ésta puede ser una de ésas o no. Con la Mauser sucede algo parecido. La usó el Servicio Penitenciario, pero no se sabe si éste fue el caso. Además de las hipótesis en ronda, la fiscalía no descarta que puedan ser huesos arrojados por estudiantes de medicina (de hecho, había barniz en una costilla) pero si es así, ¿qué hacían los proyectiles? En 20 días, los especialistas en ADN dirán si se puede extraer muestras de las piezas.

“Es un canal particular”, explicó Martini, el primer fiscal que tuvo la cuestionada investigación por la desaparición de López y quien hoy parece querer cubrir todos los flancos. Hoy retomará el operativo durante la mañana. “El canal es como una pileta, los baqueanos dicen que las corrientes van a parar ahí y se desaguan por otras zanjas a la vera del camino.”