Desde hoy, a ocho años y seis meses de uno de los accidentes de aviación más graves registrados en la Argentina, ocho personas comenzarán a ser juzgadas por la tragedia del avión de Lapa que en la noche del 31 de agosto de 1999 provocó 65 muertes, entre pasajeros y tripulantes. Para el cineasta y ex piloto de Lapa Enrique Piñeyro, que será testigo de cargo, el juicio oral –que durará unos seis meses– tiene que ser “una bisagra” para diferenciar “la negligencia y el dolo” (ver nota aparte). Hugo Wortman Jofré, uno de los abogados querellantes que representará a las víctimas, le confirmó a Página/12 que la causa llega con una imputación por “estrago culposo”, que tiene una pena de 1 a 4 años de prisión, pero ellos tratarán de que se cambie por una figura penal más grave: “estrago doloso”. Gladys Candelari, titular de la Asociación de Víctimas del accidente de Lapa que se formó en Córdoba, de donde es oriunda la mayoría de los afectados, reclamó “una condena ejemplificadora en un país donde todos los días hay desastres en el transporte”.

Los que estarán en el banquillo son el presidente de la entonces Lapa, Gustavo Deustch; su director general, Ronaldo Boyd; los gerentes de Operaciones, Fabián Chionetti, Valerio Diehl y Gabriel Borsani, y la gerenta de Recursos Humanos, Nora Arzeno. Los otros imputados son dos ex jefes de la Fuerza Aérea, a cargo entonces de la seguridad aérea. Ellos son el ex director de Habilitaciones Aeronáuticas Damián Peterson y el ex director del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial Diego Lentino. Las dependencias militares se encargaban de fiscalizar el mantenimiento de las aeronaves y los exámenes médicos de los pilotos.

El fiscal de instrucción Carlos Rívolo consideró que hubo fallas técnicas y humanas, además de negligencias por parte de la empresa y de la Fuerza Aérea. Los cinco directivos de Lapa están imputados por el delito de “estrago culposo”, mientras que los dos ex jefes de la Fuerza Aérea tienen una acusación por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Un octavo procesado, el brigadier mayor retirado Enrique Dutra, ex comandante de Regiones Aéreas, fue encontrado muerto en julio de 2005 en su departamento de Villa Carlos Paz, en Córdoba.

La audiencia comenzará hoy, a las 10, en los tribunales de Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro, y estará a cargo del Tribunal Oral Federal 4, integrado por los jueces Leopoldo Bruglia, María Cristina San Martino y Jorge Gorini. El fiscal del juicio será Ernesto Rizzi, secundado por Pablo Bertuzzi y Carlos Rívolo. Los abogados Hugo Wormat Jofré, Juan Manuel Aleman y Alicia Isola representarán a la mayoría de las víctimas, incluyendo a familiares de los fallecidos y a algunos sobrevivientes. El abogado Miguel Angel Arce Aggeo será querellante designado por otras de las víctimas. Está previsto que declaren cerca de 1200 testigos.

Gladys Caldelari es la madre de una de las víctimas fatales, Gladys Vera. “Cuando se produjo el accidente, mi hija tenía 41 años, estaba casada y tenía tres hijas de 14, 15 y 18 años. El 95 por ciento de las víctimas, entre los pasajeros, era de Córdoba y por eso formamos una asociación en el año 2000 para presentarnos como querellantes en nombre de esa entidad”, recordó Caldelari en diálogo con Página/12. “Llegamos al juicio luego de recorrer un camino que no fue para nada fácil. La causa ya estaba lista desde el año 2004, pero se fue demorando por una serie de chicanas judiciales presentadas por los abogados de la empresa”, dijo la mujer, en alusión a los interminables planteos presentados por un equipo jurídico encabezado por Jorge Sandro y Mariano Fragueiro Frías, que defienden a Deustch, Borsani, Boyd y Chionetti.

“La primera fecha que tuvimos (para el comienzo de la audiencia) fue septiembre de 2006, luego fue marzo de 2007, después junio, octubre y finalmente llegamos hasta el 2008. Después de tanto esperar, lo que deseamos es que haya una condena efectiva y ejemplificadora. Otra cosa que debería hacerse es modificar el Código Procesal Penal para evitar que los defensores puedan presentar tantas apelaciones y chicanas, algunas de ellas grotescas, con el único objetivo de demorar el comienzo del juicio y especular con la prescripción de la acción penal”, insistió Caldelari.

También habló con este diario uno de los sobrevivientes, Benjamín Buteler. “Soy el sobreviviente que mayores secuelas ha tenido como consecuencia del accidente. Por eso espero que los jueces encuentren culpables a los acusados y que se cambie la carátula, de culposa a dolosa, porque entiendo que acá hubo dolo.” Buteler, de 45 años, tuvo que ser sometido a 50 intervenciones quirúrgicas. Salvó su vida gracias al caddie Mauricio Domkin, quien lo sacó del avión de Lapa poco antes de que la máquina explotara luego de carretear sin levantar vuelo hasta cruzar la avenida Costanera y estrellarse contra el talud de un campo de golf. A Buteler le amputaron los dos pies y volvió a caminar, sin ayuda de bastones ni de muletas, con la ayuda de dos prótesis especiales.

“Ocho años y medio es mucho tiempo”, se queja también Buteler por la demora en el comienzo del juicio oral. “Yo me pude recuperar gracias a mi mujer, a mis cinco hijos y a mis amigos, pero la Justicia tiene que reparar el daño que hemos sufrido todos.”